La melodía de la oscuridad, de Daniel Fopiani

En mayo del año pasado leí La Carcoma, la primera novela de Daniel Fopiani, porque la vi de oferta en Amazon y la sinopsis me llamó la atención. Me duró un suspiro y me gustó muchísimo. Me pareció diferente, novedosa, un estilo fresco y sin pelos en la lengua que me recordó mucho al de César Pérez Gellida. 
Así que en cuanto tuve oportunidad reservé en la biblioteca La melodía de la oscuridad, la segunda obra de este escritor gaditano de tan solo 29 años que, además, es sargento de Infantería de Marina. Y ha vuelto a durarme otro suspiro. Y a mantenerme en vilo. Y a hacerme disfrutar mucho.  El protagonista de esta dura historia es Adriano, un guardia civil retirado desde que una bomba de ETA le dejó ciego y con la cara totalmente desfigurada. Ahora vive en Cádiz con Patricia, su mujer, profesora.  Los dos se quieren. Pero su relación está acabada. Él se siente un monstruo, totalmente dependiente, la tristeza, la rabia y la impotencia le corroen y le amargan la vida. Ella se deja llevar por la rutina, por una vida completamente entregada a su marido. Vive por y para él. Pero la angustia y el dolor por no haber tenido hijos la están consumiendo.  Sus vidas dan un giro brusco cuando en plena noche reciben una llamada de Román, teniente de la Guardia Civil y ex compañero de Adriano. Necesita su ayuda para encontrar a un asesino en serie que está aterrorizando Cádiz.  La primera víctima es asesinada brutalmente en el Museo Arqueológico. La segunda, mutilada en un conocido parque de la ciudad. Y parece que va a haber otras muchas muertes salvajes porque el asesino está imitando los doce trabajos de Hércules.  En menos de 300 páginas Fopiani consigue fascinarnos y atraparnos, con un gran ritmo gracias a 47 capítulos cortos, transmite emoción y profundidad, nos deja sin respiración con una conmovedora intensidad.  Me ha gustado mucho la trama, la parte de thriller, de novela negra, de encontrar y capturar a un monstruo, a un psicópata. Pero, sobre todo, me ha gustado cómo están construidos los personajes, la parte psicológica de la historia.  En capítulos alternos vamos descubriendo poco a poco el pasado del asesino, por qué hace lo que hace, sus motivaciones, sus razones. Aunque no las entendamos, aunque no las compartamos, el autor logra humanizar a la bestia, algo que, al menos a mí, me parece que tiene muchísimo mérito.  Pero por encima de todo Fopiani humaniza a Román, a Patricia y a Adriano. Román está jugando su última partida, con las cartas que le han tocado en suerte, buenas o malas, son las que son y tiene que intentar salvar su dignidad como teniente, la de la Guardia Civil y, por supuesto, su dignidad como hombre, como persona.  Patricia está dividida entre entregar su vida a su marido o vivir la suya propia. Tiene 47 años, ya ha perdido toda esperanza de ser madre, quiere romper con todo, huir, pero no sabe a dónde.  Y a Adriano ya no le queda nada. ETA se lo arrebató todo. Solo tiene a Patricia y a Acho, su perro guía. Los cinco, el asesino, Román, Patricia, Adriano y Acho componen una melodía dura, cruel, injusta, brutal que, sin embargo, poco a poco va envolviendo al lector, arrastrándolo, haciendo que sienta esta melodía de la oscuridad que también es conmovedora, emotiva, intensa y deslumbrante.  Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.