Revista Cultura y Ocio

La memoria en concreto

Publicado el 02 agosto 2016 por María Bertoni
El documental de Díaz se exhibirá en el Malba y en el cine Gaumont.

El documental de Díaz se exhibirá en el Malba y en el cine Gaumont.

“Necesitamos a ese chico curioso y al adulto dispuesto a contar qué pasó” escribió Gustavo Nielsen en abril de 2015, en este artículo sobre el Monumento Nacional a las Víctimas del Holocausto Judío que concibió, diseñó y montó con su socio Sebastián Marsiglia. Más de un año después, el texto del escritor y arquitecto porteño suena a anticipo del documental que muestra el proceso de creación y apuntalamiento del memorial ubicado en la Plaza de la Shoá y que -a tono con el pedido de jóvenes con preguntas y de mayores con recuerdos- también registra algunos de los encuentros intergeneracionales auspiciados por el Proyecto Aprendiz.

Monumento se titula el largometraje de Fernando Díaz, que se estrenará este jueves en el cine Gaumont, y que también se proyectará en el Malba los sábados a las 20. Desde el punto de vista técnico, es impecable la factura de este primer documental escrito y dirigido por el autor de las ficciones La extranjera y Plaza de almas.

Antes de presentar la evolución del trabajo de Nielsen-Marsiglia y los testimonios de cuatro sobrevivientes recabados en el marco del mencionado Proyecto Aprendiz, el realizador repasa el origen etimológico del sustantivo ‘Monumento’ y recuerda algunas de las piezas más reconocidas en Occidente. La introducción que el actor Juan Palomino lee en off finaliza con una pequeña muestra de memoriales erigidos en honor a las víctimas del genocidio que perpetraron los nazis.

Cuando se concentra en los 114 cubos dispuestos en la Plaza de la Shoá, Díaz les da prioridad a los procesos de diseño e instalación de cada bloque de cemento. De manera muy sintética, el realizador cuenta la historia administrativa que empezó en 1996, cuando nuestro Congreso Nacional sancionó la ley que dispuso la construcción de un monumento conmemorativo del Holocausto judío, prosiguió en 2009 con el concurso que Nielsen y Marsiglia terminaron ganando, y finalizó en enero pasado con la inauguración de la obra.

Acaso por temor a desvirtuar la intención noble del film -reivindicar el ejercicio de memoria colectiva para evitar la proliferación de genocidios-, Díaz dejó de lado las internas políticas que demoraron un año la realización del último acto oficial. En cambio, sí filmó una reunión donde algunos sobrevivientes objetaron las características del monumento (aquellas críticas parecen haber inspirado el artículo que Nielsen escribió en abril de 2015).

La película de Días se estrena siete meses después de la inauguración del monumento.

La película de Díaz se estrena siete meses después de la inauguración del monumento.

El encuentro entre la joven Wanda Holsman y el sobreviviente Mendel Zelcer abre un abanico de testimonios de otros sobrevivientes del Holocausto radicados en Argentina y de sus descendientes nacidos y criados aquí. Los fragmentos de este gran relato oral se articulan a la par de la colocación de los cubos de concreto en la plaza porteña.

Por si el homenaje a las víctimas de la Shoá pudiera resultar incompleto, Díaz filma la visita de Wanda a Auschwitz. El triunfo de la memoria se refleja en la luz de la vela que la muchacha enciende en ese campo de exterminio.


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