Revista Cocina
En el mundo ideal, tenemos tiempo para hacer todo lo que nos gusta: cocinar platos exquisitos, dedicar tiempo a nuestros hobbies, leer libros mientras tomamos un café, salir con las amigas, hacer deporte, jugar con nuestros hijos…y así hasta hacer una lista interminable. Pero en el mundo real tenemos que poner los pies en la Tierra y priorizar. Fuera de nuestras obligaciones diarias debemos elegir lo que queremos hacer en nuestro (escaso) tiempo libre.
Que a mi me gusta cocinar, es obvio. Si no, este blog no sería de cocina, si no de cualquier otra cosa. Que no puedo dedicar a la cocina todo el tiempo que quiero, también es obvio. Solamente hay que ver el número de artículos de este blog desde que comenzó el año. ¡Y no es que se me hayan terminado las ideas!, tengo el ordenador lleno de recetas esperando a que encuentre un hueco para escribir las entradas. Solo es que mi tiempo libre se ha reducido a la mínima expresión.
Cuando volví al trabajo, el primer damnificado fue el pan. Dejé de hacer mis panes caseros y volví a la panadería (y al supermercado, según el tiempo que tenga para comprar). El segundo damnificado fue el postre. En mi nevera hay yogures y fruta. Adiós a las tartas, flanes y cremas. Adiós a las comidas familiares dominicales donde todos esperaban ávidos mis dulces aportaciones. Hola a los postres industriales.
Y en este tiempo de cambio de hábitos he tenido oportunidad de comprobar que existe una amplia oferta de estos postres, conseguidos con mayor o menor fortuna.
Entre estos postres he tenido el placer de descubrir una marca que me ha sorprendido gratamente y que es la que da nombre a este post: La Menorquina.
La Menorquina es una empresa familiar nacida en Menorca en 1940, especializada en helados y postres helados. En sus 78 años de historia ha vivido una evolución con altos y bajos, sabiendo adaptarse a los cambios en los gustos de la sociedad española.
Sus productos se distribuyen únicamente en hostelería, así que cuando los veo en algún restaurante sé qué voy a tomar de postre, aunque aún no haya empezado a comer.
Entre los productos que vende se encuentran las cremas base, los sorbetes y cremas, los postres helados, la pastelería para llevar, los helados para llevar y las tartas, que para mí son el producto estrella de su catálogo de sus productos.
La Menorquina ofrece en su catálogo de tartas varios tipos, mis favoritas (¡como no podía ser de otra manera!) son la tarta de queso con arándanos y la cheesecake. La tarta de queso con arándanos tiene una capa de galleta fantástica y el relleno tiene el punto exacto de dulzor y cremosidad. Y la cheesecake es supercremosa, a mi me recuerda mucho a la New York cheesecake, ¡está muy bien hecha!
Pero también podemos disfrutar de sus tartas de manzana, Sacher, de Santiago, tres chocolates, Red Velvet, la milhojas de crema, la tiramisú, pannacotta con frutos rojos, la tarta della nonna, el carrot cake, tarta de caramelo, de limón o de mousse de chocolate.
¿A que no sabías que había tanto surtido? ¿A qué esperas para probarlas todas? Mi objetivo para estas vacaciones es encontrar la tarta tres chocolates y comprobar que está a la altura de los postres de La Menorquina.