Lo poco agrada y lo mucho cansa. Con tantos partidos que hemos jugado ya, parecen hasta descafeinados.
Permítanme discrepar con las declaraciones de Casillas al Diario As. El buen espectador nunca se cansará de ver partidos, más si son de fútbol y los que se enfrentan son dos grandes como el Real Madrid y el Barcelona.
El derby español volverá a tener dos episodios vibrantes en las próximas dos semanas. El conjunto culé despachó al Osasuna en octavos de final de la Copa del Rey con un contundente 6 a 1 en el global y ahora deberá enfrentarse a su histórico rival en la siguiente fase. El morbo, la tensión y los nervios comienzan a crecer de a poco en España.
Serán el miércoles 18 y el 25 en lo que significará la reedición de la final de la temporada pasada, donde casualmente el Madrid logró imponerse ante el Barça con aquel cabezazo de Cristiano Ronaldo.
Los antecedentes en esta competición marcan una superioridad del Barcelona. Sobre 29 encuentros disputados, 14 fueron para el blaugrana y 10 para los blancos, con 15 empates.
Cualquier clásico encuentra en su esencia el entusiasmo mismo de su disputa. Ya sea en España, Tailandia o Marte, el Madrid-Barça será una nueva oportunidad para que disfrutemos de un panzazo de fútbol.
También será la chance (una más) de observar cómo Mourinho intenta desactivar los circuitos de juego del Barcelona y sentenciarlo de una vez por todas. ¿O volverá a ser cómo la última vez cuando Messi y compañía dejaron en claro quién es el que manda?.
El planeta volverá a palarizarse cuando la pelota comience a rodar. La cita es tan próxima que casi no habrá tiempo para las especulaciones. Con fecha de Liga el fin de semana, el miércoles llegará casi sin pensar y en 6 días estaremos viviendo otro cruce apasionante. La mesa está servida.
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