La Migala – Jaime Dezcallar

Es verdad que cuando uno mismo está sumido en esos agujeros que la vida te tiende, cualquier plan es más apetecible con tal de olvidar el escenario que nos rodea. Está claro que dependiendo de la actitud que uno tenga, rutinariamente en base al día que uno haya tenido o la tarea de la que uno quiera excusarse (como estudiar), ayudar a tu madre a doblar las sábanas puede ser el mejor plan para sosegarse y deshinibirse o por contra, el mejor plan para alterarse y estresarse. Pero hay preocupaciones o circunstancias que se anclan en los recuerdos y todo es más fácil que deshacernos de ellos. En el caso de hoy, el protagonista de ‘La Migala‘ incluso se atreve a desafiar su aracnofobia con tal remplazar el vacío que rebosa su corazón.

Como bien habréis leído en el titular, hoy cineYEAR trae el último trabajo de Jaime Dezcallar; Director por derecho, que desde antes de acabar los estudios de abogacía sabía que su futuro estaba detrás de la cámaras. Nació en 1981 y estudió realización en Nueva York. Aunque en su portafolio no abundan trabajos, los que se pueden visualizar dejan más que satisfecho al espectador, que van desde los cortometrajes hasta la publicidad y los documentales. Fue iluminado, según nos cuenta en su biografía, por directores de gran talante como John Huston, Dostoievski o Luís Buñuel, y llega a reconocer que hubo un antes y un después en su vida tras ver La Naranja Mecánica y Ciudad y Perros. Vaya cimientos, así cualquier edificio impresiona.

Vía; Jaime Dezcallar Filmmaker