Galaxia NGC 1058 dónde explotó la misteriosa supernova SN1961V
En julio de 1961, una estrella en la galaxia espiral NGC 1058 estalló, pero de una manera muy extraña. El tiempo observado para alcanzar su máximo brillo fue de varios meses, así como también se observó un lento declive con una meseta de tres años. Las estrechas líneas espectrales revelaron una velocidad lenta de expansión de unos 2.000 km/s. Algunos propusieron que se trataba de una supernova inusual. Otros afirmaron que era un estallido de una estrella particular: una gran erupción de una estrella especial, una Variable Luminosa Azul (LBV), una estrella como Eta Carinae. El infame Fritz Zwicky, la calificó como una supernova de "tipo V", lo que significaba que era una supernova sólo de nombre, pero podría ser cualquier cosa, ya que era simplemente una "impostora". Durante casi 50 años, los astrónomos han estado tratando de resolver qué fue realmente esta supernova impostora.
Uno de los frentes en los que se ha centrado gran parte del esfuerzo ha sido en conocer la naturaleza de la estrella progenitora antes de la explosión. La galaxia anfitriona es una hermosa galaxia espiral vista de cara y era por tanto un objetivo tentador para muchas observaciones antes de la erupción. Esto ha permitido a los astrónomos utilizar imágenes de archivo para determinar las propiedades de la estrella progenitora, y descubrir una enorme mentira mentira. ¡La estrella tenía una magnitud absoluta de cerca de -12! Incluso Eta Carinae, una de las estrellas más masivas conocidas actualmente, sólo tiene una magnitud absoluta de alrededor de -5,5. Esta luminosidad extrema ha llevado a los astrónomos a realizar unas estimaciones iniciales de su masa asombrosas: nada menos que 2.000 masas solares. Si bien esta estimación es ciertamente incorrecta, revela lo enormemente masiva que era la estrella madre de 1961V. La mayoría de las estimaciones ahora se sitúan en el rango de 100 a 200 masas solares.
Una diferencia clave entre una supernova y una erupción es el remanente. En el caso de una supernova, se espera que el resultado sea una estrella de neutrones o agujero negro. Si el objeto hubiera sufrido una erupción, aunque fuera esta grande, la estrella se mantendría intacta. En este sentido, muchos astrónomos han tratado también de inspeccionar los restos del estallido. Sin embargo, debido a la envuelta de de gas y polvo creada en cualquiera de los casos, tomar imágenes de los objetos ha demostrado ser un auténtico desafío. Mientras que antes del evento, el culpable sobresalía tremendamente, el remanente en la bruma de las demás estrellas.
Numerosos telescopios se han dirigido a la región para tratar de descubrir a los restos incluidos los poderoso Hubble, pero muchos intentos han mostrado ser no concluyentes. Recientemente, el telescopio espacial infrarrojo Spitzer fue empleado para estudiar la región, y aunque no estába diseñado para estudiar estrellas individuales, su visión infrarroja puede permitir penetrar el velo de polvo y, potencialmente, encontrar la fuente responsable. Si todavía hubiera una fuente intensa en el infrarrojo, ello significaría que la estrella ha sobrevivido, y que la supernova realmente fue una impostora.
Este intento de identificación fue realizado recientemente por un equipo de astrónomos de la Universidad de Ohio State, dirigido por Christopher Kochanek. Tras la inspección, el equipo no pudo identificar de manera concluyente la fuente con suficiente intensidad como para afirmar que fue un sobreviviente del evento de la SN 1961V. Como tal, el equipo llegó a la conclusión de que el evento Zwicky define como una "supernova impostora" era realmente "una impostora de una supernova impostora".
El equipo la comparó con otra supernova reciente, SN 2005gl, que también tenía una enorme estrella progenitora y que se observó antes de la detonación. Los estudios previos de esta supernova sugirieron que, justo antes de la explosión, la estrella pasó por una intensa fase de pérdida de masa. Si hubiera sucedido una situación similar en 1961V, podría explicar la inusual velocidad de expansión. Durante este tiempo, la estrella puede temblar ferozmente, imitando las erupciones LBV que podrían explicar la meseta prenova.
Aunque esta comparación se basa en un solo caso muy similar, que subraya la necesidad de "que los estudios de los progenitores de supernovas deben evolucionar de simples intentos para obtener una sola imagen de la estrella hasta un seguimiento de su comportamiento a lo largo de sus años finales." Esperamos que futuros estudios y observaciones proporcionen mejores simulaciones teóricas y que los numerosos proporcionen datos suficientes sobre las estrellas antes de la erupción para conocer mejor el comportamiento de estos monstruos.
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