La ¿muerte? de la comedia romántica

Comenzaré este post contando una anécdota personal, uno de mis pretendientes me dijo recientemente: “¿Quieres ver una película para mujeres?”, yo lo mire con cara de “¿Qué te pasa idiota?” y le pregunté: “¿Cuáles?” “Bueno, una película de esas… románticas”, demás esta decir que “no matriculó”, no salgo con idiotas que creen que las mujeres son románticas y los hombres viriles, he visto todo Pacino y soy mujer, mi película favorita es de mafiosos y balas… En fin, las comedias románticas, esas que muchos vilipendian como “películas para mujeres”, se han convertido últimamente en un compendio de clichés y lugares comunes. No tiendo a clasificar el cine, es decir, no creo en géneros: acción, ciencia ficción, drama, comedia, creo en las buenas películas, que a mi entender son aquellas que te ayudan a conectar: con la alegría, con la tristeza, con la ira, con lo que sea que nos cuentan, es todo.
Si una historia es “de amor” y le crees vale, funciona, sirve. No todas las películas románticas son idiotas, no todas las películas de acción son para machos y no todas las películas de terror dan miedo, así como no todas las rubias son tontas o las feas inteligentes, en fin… podríamos seguir hasta la eternidad, en resumen: aunque lo parezca, el mundo no es un cliché, afortunadamente no todo.
Hollywood recientemente ha desafiado esta premisa, quieren seguir forjando estereotipos. De una forma facilista y burda, las llamadas comedias románticas, se han ido desdibujando, contando historias llenas de clichés y por tanto predecibles, además de sin gracia, además de aburridas, además de llenas de diálogos y situaciones que no resultan para nada verosímiles. Tal es el caso de dos   recientes,  de temática semejante, la primera  protagonizada por Justin Timberlake y Mila Kunis, la segunda con Natalie Portman y Ashton Kutcher en los roles principales, ambas con un titulo casi idéntico en español: “Amigos con derechos” o “Con derecho a roce”, las dos 2011.


Mas allá de la “química” de sus protagonistas, las actuaciones aceptables (que no excelentes, a Natalie Portman, por ejemplo, no se le da la comedia, me parece, es demasiado densa para hacer roles light), ambos libretos mantienen un esquema demasiado predecible y forzado.  Amigos que tienen sexo y se enamoran en escenas tan faltas de pasión y gracia que no provocan ni conmueven ni un solo mal pensamiento.
No creo que “el romance” tenga que presentarse como una circunstancia acartonada, idiota, donde todo lo que ocurre es demasiado lacrimógeno a propósito, conmovedor a fuerza o sentimental por obligación. A ambas cintas se les notan demasiado las costuras, las escenas carecen de creatividad, los diálogos no recogen ni una frase que te quede “sonando”. ¿Juegan los productores con la inteligencia de los espectadores o ya no hay historias de amor “serias”?
Mujer Bonita 1990, por ejemplo, es cenicienta “nada nuevo bajo el sol”, sin embargo el montaje, el modo de contarnos lo que ya sabemos sucederá (tiene el esquema de cuento tradicional: inicio, intermedio, clima y desenlace) es lo que nos lleva a verla con interés, advertimos en ella diálogos que han permanecido, escenas que han perdurado en el tiempo y que ya son (te guste o no) parte de la cultura popular, luego de más de 20 años de su estreno. En esta cinta de Gary Marshall, se cuidan en extremo los detalles: desde el vestuario de los personajes, hasta las caracterizaciones y los diálogos, hay profundidad en el relato, coherencia, cohesión en el montaje.  
Tal parece que  Holywood pretende  exterminar el género que les ha dado tanto dinero, como si el amor fuese una esquela de lugares comunes o de historias cíclicas que se repiten estúpidamente una y otra vez o será que esta época tan falta de “realidad”, tan llena de fatuidad y Facebook, ¿el publico cree con mayor facilidad lo que se le cuenta?  Ni idea… solo que a mi no me han embaucado, gracias a Dios, no todavía.