La mujer cautiva de Patrica Gaffney
Sinopsis:
¿Puede una perversa atracción convertirse en un amor redentor?
Hace diez años Rachel Wade fue condenada por el asesinato de su esposo. Apenas si ha disfrutado de su recién estrenada libertad y ya ha sido apresada de nuevo por vagancia.
Ahora es una mujer rota, sin esperanza ni honor y ya poco le pide a la vida.
Pero el vizconde D'Aubrey, uno de los magistrados que la juzgan, siente una irrefrenable e insana atracción por ella y le ofrece la oportunidad de redimirse trabajando para él como ama de llaves.
Rachel sospecha las perversas intenciones del vizconde, un joven tan apuesto como libertino, pero nada puede ser peor que la cárcel. O eso cree ella...
Opinión personal:
Hoy toca novela compleja, controvertida y polémica.
Leí por primera vez esta historia hace varios años y, no me preguntéis el porqué, me quedé con todo lo bueno y con todas esas emociones que tuve durante su lectura, pero hubo partes importantísimas que no recordaba. Quizás lo interpreté de forma diferente o lo olvidé de forma oportuna para sentirme mejor por haberme gustado tanto una novela que refleja y plasma claramente una de las cosas que no soporto leer en una novela romántica. Tanto es así, que admito que si fuera el caso de una contemporánea, seguramente no estaría hablando en los mismos términos.No sé si eso me convierte en una lectora de doble rasero o si, simplemente, sitúo a personajes y situaciones en un contexto concreto.
Es el segundo de una trilogía, pero aunque aparecen los personajes de la primera novela, la he leído, no se puede comparar en absoluto a esta y no es necesaria. «La mujer cautiva» me ha encantado, por segunda vez, pese a todo, pese a que le encuentro varios peros ─ sino ya no sería yo ─ sin embargo, es complicado recomendarla. Creo que es de esas novelas que o te encantan u odias, directamente.Actualmente, que tanto hablamos de «lecturas sencillas y ligeras para pasar un buen rato», ya os digo que esta no sirve.
Se trata de una novela de personajes, cien por cien, en la que la autora, sobre todo durante la primera mitad del libro, plasma el comportamiento de dos personas totalmente opuestas, con un perfil psicológico muy definido, enfrentándolas en situaciones y escenas, reflejando como actúa cada una de ellas para que después y, paso a paso, ambas vayan evolucionando de forma continuada y opuesta hasta llegar a un sentimiento común: el amor.
Como héroe romántico, he odiado a Sebastian. Está claro que al final, durante una segunda parte muy distinta a la primera, consigue redimirse, tanto ante la lectora como ante la protagonista. Y, al mismo tiempo, me ha encantando como personaje.En cuanto abres el libro, el vizconde D'Aubrey, se nos muestra como un hombre insensible. Pero solo es el principio, estamos más ante un villano que un héroe, pues hastiado de todo, cruel de una forma totalmente gratuita, sorprendido por la curiosidad que le provoca una mujer nada destacable a la que ve como un juguete con el que divertirse. Como el gato antes de devorar a su presa, Sebastian es desalmado, y la frialdad, transparencia y desafecto con el que trata a Rachel durante las primeros capítulos hacen que ciertas escenas puedan resultar duras. Eso sí, no encontraremos violencia física, no es necesaria y su don consiste en provocar situaciones límites, abusando de su condición de señor, para hacer con ella lo que le plazca. De forma inusual, y gracias al buen hacer de la autora, me he encontrado que no le estaba juzgando, al igual que tampoco lo juzga Rachel.
Rachel es el otro gran secreto de la novela. No tan solo porque sea una inusual protagonista convicta, sino porque con tal de no volver a prisión, será capaz de hacer cualquier cosa para sobrevivir. Su vida ha sido terriblemente dura, no tan solo los años que ha pasado en prisión, y sorprende su falta total de orgullo, autoestima y dolor. Es capaz de soportar lo intolerable y, quizás, porque lleva tantos años haciéndolo que ya no le queda nada que perder y el dolor ya forma parte de ella. Ha normalizado cosas que no deberían soportarse.Lamentablemente su situación sería mucho más habitual de lo que nos pensamos y estas situaciones han sido endulzadas en la novela romántica. Es posible que, por ello, la protagonista al igual que el lector lo vea todo de una forma tan fría y no será hasta que no haya recuperado su autoestima cuando empiece a sentir dolor.
Soy la primera sorprendida de los mucho que de disfrutado esta lectura, y también sufrido, hasta el punto de que hay escenas en las que me costaba mucho avanzar, pues no es nada fácil ni comprender ni perdonar a Sebastian, pero creo que la autora lo que quiere no es que lo juzgues sino plasmar de forma cruda una situación concreta que le sirve de partida para confeccionar de forma genial la evolución de dos personajes.
Mis grandes peros vienen en la segunda parte, en la que parte de esa originalidad se pierde y entra en juego una sucesión de escenas en las que el protagonista, al mismo tiempo que se va dando cuenta y, sorprendiéndose, de sus propios sentimientos hará lo que esté en su mano para, no conquistar, sino hacer feliz a Rachel.Otra de mis pegas, la facilidad y previsibilidad con la que se resuelve el misterio de la persona que provocó su detención. Tema con el que la autora vuelve a reflejar la perversión que puede haber en algunas mentes humanas.
En su conjunto, he desfrutado tanto de su lectura que la recomendaría con los ojos cerrados, pero es de ese tipo de novelas que no son de fácil acogida. No cuenta un romance bonito, no es una historia agradable.Aún así, tan solo por conocer a estos dos personajes durante la primera parte de la historia, considero que ya merece la pena leerla.Mucho más usual tenemos la primera parte de la trilogía, de la que uno de estos días subo la reseña.
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa