'La mujer y el paisaje', de Stefan Zweig

Título: La mujer y el paisaje

Autor: Stefan Zweig.

Editorial: Acantilado

Año de publicación: 2007

Páginas: 280

ISBN: 9788496834156

Este es el primer libro que leo de Stefan Zweig y llegó a mis manos gracias a Luisa, que en su blog Aquí me quedé organizó un sorteo que gané. Me hizo muchísima ilusión porque tenía unas ganas inmensas de leer a este autor del que había leído maravillas sobre sus novelas y sus relatos. A mí me ha tocado conocerlo a través de sus relatos y he quedado encantada. Zweig me ha enamorado.

La mujer y el paisaje es un libro formado por seis relatos: Obligación impuesta, La mujer y el paisaje, Declive de un corazón, Resistencia a la realidad, Descubrimiento inesperado de un oficio y Wondrak. La verdad es que no sabría decir cuál de ellos me ha gustado más. Todos me han seducido, me han atrapado, me han fascinado desde el principio hasta el final.

Aunque, como ya he dicho, este libro me ha entusiasmado, no sé muy bien cómo escribir esta reseña. Tengo la sensación de que, por muchas cosas positivas que diga, nada, ninguna palabra, podrá hacer sombra al estilo, el lenguaje, la prosa y las historias de Zweig. Porque eso es precisamente lo que más me ha gustado. A pesar de ser el primer libro de este autor que leo, he tenido la sensación de reencontrarme con un viejo amigo, con alguien a quien ya conocía de antes y, sobre todo, con alguien que ya me conocía a mí.

Alguien que ya sabía cómo captar mi atención, cómo hipnotizarme, cómo embelesarme. Porque, en este libro, en estos seis relatos, Zweig me ha hablado al oído, me ha susurrado, me ha deleitado con un estilo dulce, tierno, cercano. Sus historias, sus personajes y, en definitiva, sus relatos, me han transmitido muchísima paz, tranquilidad, calma, bienestar.

Pero eso no significa que las historias que nos cuenta no tengan intensidad, tensión, suspense. Todo lo contrario, estos relatos tienen de todo: amistad, amor, relaciones de pareja, de familia, reencuentros, muertes, violencia, guerra... Son historias humanas, cercanas, cotidianas y, a la vez, extraordinarias. Son personajes de carne y hueso, como nosotros, con los que es muy fácil sentirse identificado y, ante todo, cogerles cariño, mucho cariño. Y sentir pena por ellos, lástima, compartir su sufrimiento, su dolor, vivir con ellos las injusticias, la crueldad, la tristeza, la pasión. En definitiva, vivir con ellos la vida, con sus cosas buenas y sus cosas malas.

Obligación impuesta nos cuenta la historia de Ferdinand y Paula, una pareja que lucha con todas sus fuerzas por huir de la guerra, del ejército y, en definitiva, del peso del Estado. Pero cada uno lo hace a su manera: ella está dispuesta a hacer lo que sea por tener a Ferdinand a su lado, siempre, por conservar la paz, la tranquilidad y, sobre todo, la felicidad. Él, por el contrario, sabe que tiene que luchar, pero es incapaz de enfrentarse a ese Estado al que tanto odia.

La mujer y el paisaje, el relato que da título al libro, es una historia de amor, de pasión, de sentimientos inexplicables e incontrolables. Es el encuentro entre un hombre y una mujer, dos desconocidos que se dejan arrastrar por la fuerza de la Naturaleza sin entender nada, porque lo único que importa es sentir. Sin preguntas, sin respuestas, sólo sentir.

Declive de un corazón nos relata la historia de un padre que descubre que su hija no es cómo él pensaba. Y que se da cuenta de que ha dedicado toda su vida a trabajar, a prosperar, a mejorar la posición social de su familia sin preocuparse por conocer a su mujer y a su hija, por sus deseos, sus sueños, sus anhelos y, sobre todo, por saber quién les acompañaba, quién le sustituía a él mientras estaba fuera de casa, lejos de la ciudad, trabajando.

Resistencia de la realidad es quizá el relato que menos me ha gustado, aunque eso no significa que no haya disfrutado leyéndolo. En él Zweig nos cuenta la historia de dos amantes que, por pertenecer a dos mundos, dos clases sociales diferentes, se ven obligados a separarse durante nueve años después de haber estado juntos dos. Sin embargo, a pesar de que tanto él como ella han rehecho su vida, los dos no pueden olvidar y no pueden evitar volver continuamente a esos dos años, a sus fantasmas, a sus recuerdos, y se dedican a desvelar y a vivir su presente a través de su pasado.

Descubrimiento inesperado de un oficio me ha sorprendido y me ha divertido muchísimo. Me ha parecido un relato muy original, con muchísimo humor pero, al mismo tiempo, crítico, cruel, real. Cuenta la historia de un hombre que, con todo el día libre en París, decide seguir por las calles a alguien del que sospecha que es un detective privado. Sin embargo, tanto el hombre como el propio lector se verá sorprendido, desbordado y asaltado una y otra vez por los giros inesperados de esta historia y por el oficio al que se dedica este supuesto detective privado.

Por último, Wondrak me ha parecido el relato más duro, el más triste, el más injusto, cruel y doloroso. En él conocemos a Ruzena Sedlak, a quien todos llaman la Calavera, una mujer que nació con una deformidad, sin nariz, y que por el rechazo, los insultos, el miedo y el asco que provoca entre sus vecinos se ve obligada a vivir alejada de todo y de todos, en una casa en el bosque. Ella es feliz así, no quiere saber nada de nadie, hasta que nace su hijo y todo cambia para ella. Entonces estará dispuesta a todo, cueste lo que cueste, con tal de conservarle a su lado y peleará hasta el final para que nadie, ni la Iglesia, ni la educación, ni el Estado ni, sobre todo, el Ejército, lo aparten de ella.

Sólo me queda darle las gracias a Luisa por este regalo, por esta joya literaria, por estas deliciosas historias con las que he disfrutado muchísimo. No creo que tarde mucho en volver a leer a Zweig porque, como veis, motivos no me faltan.