La Mula de Moscú, además de tener un nombre molón, está compuesto en su receta original por vodka, cerveza de jengibre y un toque de lima. Pese a tener ese nombre tan soviético, el origen del cóctel es Estados Unidos, donde dos empresarios, John G. Martin, vendedor de vodka, y Jack Morgan, vendedor de cerveza de jengibre, decidieron crear un combinado para popularizar sus dos productos.
Se sirve en vaso helado de cobre y va acompañado con rodaja de limón o lima. Es muy refrescante, ácido y picante, con un sabor exquisito. No es fácil encontrarlo por ahí, pero si alguna vez se tiene la ocasión de probarlo, merece la pena hacerlo. Tomarlo junto a unas chuches no tiene precio.
En mi caso, he tenido la suerte de tomarlo ya en varias ocasiones en un bar de copas de Valladolid conocido como La Villa Gin Bar, donde, además, tienen todo tipo de cócteles y una carta de espirituosos espectacular.
Helado y ácido, un placer para el paladar.