Jueves 15 de octubre (festividad de Santa Teresa de Jesús), 21:00 horas.
Catedral de León,
XII Ciclo Música Históricas del CNDM, en coproducción con el XXXII Festival Internacional de Órgano Catedral de León (
FIOCLE).
Capella de Ministrers:
Catherine King (mezzo),
Carles Magraner (viola da gamba),
Ariel Abramovich (vihuela):
Mística: Paisajes sonoros del itinerario fundacional de Santa Teresa de Jesús. Obras de
Juan del Enzina, anónimos,
Diego Pisador,
Luis de Narváez,
Francisco Guerrero,
Miguel de Fuenllana,
Antonio de Cabezón,
Bartolomé Escobedo,
Esteban Daza,
Alonso Mudarra,
Luys de Milán y
Adrián de Moxica.
Entrada libre.

Nada mejor para comenzar esta crónica que un poema de la propia santa de Ávila en este 2015 donde se conmemora su quinto centenario:
¡Oh hermosura que excedéisa todas las hermosuras!Sin herir dolor hacéis,y sin dolor deshacéis,el amor de las criaturas.Oh ñudo que así juntáisdos cosas tan desiguales,no sé por qué os desatáis,pues atado fuerza daisa tener por bien los males.Juntáis quien no tiene sercon el Ser que no se acaba;sin acabar acabáis,sin tener que amar amáis,engrandecéis nuestra nada. La música podría ser la destinataria de tan bellas palabras juntando dos cosas tan desiguales y necesarias como música y silencio, pues el recital de este trío resultó no ya un paisaje interior sino toda una sesión de recogimiento por parte de una feligresía no toda melómana pero igualmente entregada a una meditación
más allá de la mística ante los textos elegidos, cantados o instrumentales que la formación valenciana -aunque plenamente internacional- fue desgranando durante más de una hora, como si música y silencio formasen un todo para que "Nada te turbe" volviendo a la Santa precisamente en el día de su festividad.

La voz femenina más natural es la clasificada como mezzosoprano, y así resultó
la británica, canto natural, por momentos íntimo pero bien proyectado, con la dificultad del idioma y la dicción clara perdida a menudo por la sonoridad catedralicia que sin embargo compensó unos instrumentos perfectamente percibidos y contrastados, la viola de gamba del solista valenciano, tan cantarina como la humana y en otros momentos grave cual cuerda masculina, más la
vihuela del argentino punteando, haciendo el contracanto y solista en sus páginas propias.

Música y textos de la época de la santa en su itinerario español, música como oración sin palabras incluso por compositores también clérigos, latín o castellano antiguo, alternancias instrumentales y vocales en este paisaje sonoro que todos caminamos con respeto casi olvidado. Partituras de distintos cancioneros, formas instrumentales variadas desde villancicos y villanescas a fantasías espirituales, romances y pavanas con sus glosas emparejados con
textos de Santa Teresa, bellezas y recogimiento individuales y compartidos desde el silencio interrogante del alma a cargo de este trío con larga trayectoria como
Capella de Ministrers. Las notas del programa explican bien este itinerario:
"En su libro Las fundaciones, la santa de Ávila apunta en varias ocasiones la presencia de “mucha música” en sus andanzas y hechos fundacionales. Es un paisaje místico que trata de pintar el concierto de la Capella de Ministrers, que recoge ejemplos de los cancioneros de Palacio y Uppsala. Coetánea de Teresa de Jesús fue la gran música española para vihuela, pero también la gloriosa polifonía, como la de Guerrero o Escobedo de esta velada, ese canto de órgano, tan sutil como un cristal, pues “que un punto o compás que se yerre, disuena toda la música”, como afirma Santa Teresa en el Libro de la vida".
Dejo el programa así como los textos enlazados, destacando en el terreno instrumental la marcha anónima inicial
Sacris Solemnis, la
Fantasía del primer tono por gesolreut (de
Los seys libros del Delphin (1538) de
Narváez o la otra de
Mudarra para acariciar la vihuela tenue de
Abramovich, las obras de nuestro genio
Cabezón,
Tiento X (del
Libro de Cifra Nueva) o
Para quién crié yo cabellos, romance y pavana con su glosa, recreando el dúo de cuerda tímbricas corales y de tecla siempre con mimo, aunque sería con la mezzo donde alcanzaron los momentos más intensos y bien dosificados a lo largo del concierto.

Nadie mejor que el salmantino
Juan del Enzina para comenzar a disfrutar del recital, pero especialmente nuestro gran polifonista
Francisco Guerrero con
Si tus penas no pruebo, cántico espiritual, con voz y viola primero, voz y vihuela después y ensamblando el trío en
orgánico canto realzando los textos, o las últimas
Adiós mi amor, instrumental
original para dos vihuelas donde la cuerda realmente cantó esta canción para ministriles de Lerma, y
Niño Dios d'amor herido, "Canto de cisne blanco. Oh Señor mío y Esposo mío, ya es llegada la hora tan deseada" (
Sta. Teresa), incluyendo recitado por parte de
Magraner (que a mitad de concierto dirigió unas palabras a un ensimismado auditorio) más la voz de mezzo casi poniendo música celestial a las canciones y villanescas espirituales.

Me emocionaron los motetes, tanto el
Erravi sicut ovis a 4 del zamorano
Bartolomé de Escobedo y el de
Bernardino de Ribera (o
Bernardino de Sahagún)
Virgo prudentissima donde la polifonía resultó viva con la voz cantada con recogimiento cual rezo de la mezzo y las otras voces instrumentales en un lujo de interpretación casi coral, así como
Dama, mi gran querer de
Adrián de Moxica. Otro placer el villancico de
Miguel de Fuenllana o el de
Esteban Daza de título
Dame acogida en tu hato, de nuevo voz alternando el acompañamiento entre los dos instrumentos antes de la plenitud
del trío, todas las obras engarzadas al detalle, para terminar regalándonos una villanesca de
Guerrero para marchar en paz. Emoción teresiana en un itinerario musical y personal desde la
Pulchra Leonina, marco perfecto para este verdadero acto de fe y devoción.