Fede Galizia fue una de las pocas mujeres que, durante la época del barroco, destacaron por sus dotes artísticas con el pincel. Retratos, pinturas religiosas y profanas fueron los géneros que le dieron fama en su tiempo. La naturaleza muerta la encumbró en la historia del arte: el primer bodegón firmado por un artista italiano llevaba su nombre.
El detalle en su obraFede Galizia, nacida en Milán en 1578, aprendió el arte de la pintura de manos de su propio padre. Nunzio Galizia fue pintor de miniaturas, un género que permitió a Fede profundizar en el detallismo y la minuciosidad a la hora de reflejar en sus obras los objetos más simples.
Adulada precozmenteCon sólo doce años, el pintor Giovanni Paolo Lomazzo consideraba a Fede una artista. En poco tiempo empezó a recibir numerosos encargos, sobretodo de retratos. Ya en 1596 pintaba su primera obra conocida, un retrato de Paolo Morgia, un jesuita y mecenas de la artista. Obras profanas o temas religiosos para iglesias o conventos fueron otros géneros que cultivó y por los que fue reconocida en su tiempo.
La primera naturaleza muertaLos bodegones de Fede Galizia recobraron su merecido lugar en la historia del arte en el siglo XX. Pero en vida no cobró fama por este género, a pesar de ser el primer artista en firmar una naturaleza muerta en la Italia barroca. Era el año 1602.
En este género supo exprimir al máximo todos los conocimientos que del género miniaturista había aprendido de su padre. Fede también recibió una fuerte influencia del gran artista barroco Caravaggio y de obras suyas como la Canasta de frutas.
Dedicación plena a la pinturaFede nunca se casó. Pasó toda su vida, desde muy joven, dedicada a su gran pasión, la pintura. Actualmente se encuentran catalogadas 63 obras suyas, de las cuales 43 son bodegones.