Portada de La niña gorda y otros relatos inquietantes
Todos hemos sentido momentos así. El pasado que creíamos olvidado nos tiende la mano, el futuro que no se ha vivido viene a buscarnos; nos asaltan las dudas, las inseguridades, en los momentos en los que nos pillan con la guardia más baja, además. Si hay algo que tienen en común todos los relatos del libro que os traigo hoy es esa sensación de desvanecerse la tierra bajo los pies. Vacío, brújula estropeada, desasosiego. Marie Luise Kaschnitz fue una escritora muy reconocida en su país, Alemania, no así allende sus fronteras. Escasas son las obras de su autoría que han llegado a España, la más reciente es esta recopilación de relatos de la editorial Hoja de Lata cuya selección y traducción corren a cuenta de Santiago Martín Arneda. Doce son los cuentos seleccionados, y el número en sí mismo ya resulta mágico. Doce es el número del tiempo: las horas, las estaciones, tic-tac, tic-tac; tan ligado a la tierra, tan lejano y opuesto al frío y artificial sistema decimal. Mágica también es su portada: bella, salvaje, inquietante; cielo de libertad, rejas enraizadas, pájaros de mal augurio; fruto dulce, refrescante y un tanto amargo; campo infinito sembrado de calabazas ponzoñosas cual minas indecisas de explotar. Magnífica imagen de Marta Orlowska que nos invita y avisa a descubrir lo que hay detrás.Excepto El paseo, que fue escrito a finales de los años veinte, todos los demás relatos datan de los años cincuenta y principalmente sesenta del siglo pasado, sin embargo, las historias que relatan carecen de una temporalidad concreta, lo que les confiere un halo de eternidad. El propio El paseo transcurre en un bosque, escenario idílico para jugar a crear una atmósfera cambiante. Otro bosque tendrá gran protagonismo en Los sueños de Jennifer, cuento que destaca por sus tintes oníricos y fantásticos. Escenario sugerente es también ese pueblecito de la costa mediterránea en el que se encuentran los protagonistas de La avalancha. Este último título, al igual que El deshielo, en el que se crea una ficción un tanto distópica, son premonitorios de las fuerzas incontrolables que se desatan en estas doce historias: el pasado que toca a nuestra puerta, como sucede en Un hombre, un día o en La niña gorda, cuento que da título a este libro; la muerte que nos roza en Osos polares y Un mediodía, a mediados de junio; las vidas no vividas y posibilidades desechadas que acechan al hijo en Quién conoce a su padre y a la pareja nuevamente de La avalancha; o la vida que se construyen para negar la realidad los protagonistas de Sí, mi ángel y El tarado, y aquella a la que se aferra por no poder vivir la querida la protagonista de Conversaciones lejanas.
Todos ellos son inquietantes, y aunque cautivadores, dejan un regusto amargo. Esa dualidad de la realidad presente en ellos les deja en algunos casos al borde de la difusa línea que se adentra en el mundo de la fantasía. No son los relatos de Marie Luise Kaschnitz pertenecientes al género fantástico, sin embargo. Las dudas que nos puedan surgir son las mismas que nos acechan en la vida real, aquello que no nos sabemos explicar. Asimismo, sus personajes desprenden una cotidianidad arrolladora; son cercanos, palpables. Dice uno de ellos en estos cuentos: "Cada hombre es culpable e inocente, no tiene sentido pensar sobre eso." Y sí, tiene razón, todos somos culpables e inocentes: de nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de nuestras decisiones e inhibiciones. Pareciera lógico por tanto no perder el tiempo pensando sobre ello, pero no lo podemos evitar. Consciente e inconscientemente pensamos y nuestros pensamientos se abren paso creando momentos de inestabilidad. Todos tenemos una niña gorda que creemos sepultada pero que de vez en cuando regresa a visitarnos. Todos somos en algún instante como la figura de la imagen de Marta Orlowska, durmientes en un mundo de exaltación de los sentidos que solo nuestro yo enjaulado es capaz de interpretar.
"Sí, ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero lo veo todo con claridad y cada día que pasa, con más claridad. Y sé: existimos nosotros, los que vivimos, los que hemos visto muchos lugares, buenos y malos, conocido muchas personas, buenas y malas, intercambiado muchas palabras, buenas y malas, y que no sabemos cómo acabará.Y existimos nosotros, los que en un mediodía de octubre de hace muchos años descendimos en beatitud y los que muchas tardes, cuando las delgadas nubes se reflejan como los tentáculos de un pulpo en el oleaje de tinta azul, nos sentamos frente a la chimenea de la vieja casa y movemos los abanicos de plumas de gallo.Aquellos que por la tarde abandonamos la pequeña bahía para hechizar a los peces con los destellos de la lámpara de nuestra barca.Aquellos que llegamos hasta el camino de rocas bajo húmedas estrellas, grandes, fugitivos, eternos, porque la vida no vivida es más leve, tan leve."
Frozen Lake Michigan. Fotografía de Jaysin Trevino
Ficha del libro:Título: La niña gorda y otros relatos inquietantesAutor: Marie Luise KaschnitzEditorial: Hoja de LataAño de publicación: 2015Nº de páginas: 186