La noche de Halloween (Halloween, John Carpenter, 1978)

La génesis del slasher
Tanto La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, George A. Romero, 1968) como ésta La noche de Halloween (Halloween, John Carpenter), realizada justo una década más tarde, resumen los derroteros por los que ha deambulado el fantástico norteamericano moderno, y sin duda una de las mejores muestras del cine USA de los 70, a la altura- dentro y también fuera de sus parámetros genéricos- de las grandes cintas de la época. Vista hoy en día, con tanto Viernes 13 (otro clásico del horror americano, pero innegablemente inferior en lo que se refiere a influencia), Scream y tantos otros derivados (entre las cuales se debe incluir las imitaciones directas que tuvo en los años inmediatamente posteriores a su estreno) que beben de esta impresionante  y memorable joya del slasher (esa clase de películas con asesino, generalmente parco en palabras, que mataba gente, especialmente féminas de buen ver) y por ende, del cine de bajo presupuesto (hasta ser aclamada como “la película independiente más exitosa de la historia”, como así ha sido a nivel de rentabilidad, aunque bueno, habría que compararla con Paranormal activity) puede resultar algo desfasada y/o anticuada pero, como todo, hay que verlo con la perspectiva del tiempo. También La última casa a la izquierda (Last house on the left, Wes Craven, 1972, y con un remake entretenido) y Las colinas tienen ojos (The hills have eyes, 1977, y con un remake BRUTAL), fueron joyas del terror de los 70, pero sin duda no gozan del prestigio de La noche de Halloween.
John Carpenter es uno de los directores que más he admirado a lo largo de su carrera. Me ha transportado a increíbles universos y experiencias desde sus inicios hasta su último trabajo digamos “importante” (The Ward no cuenta para mí) que fue Fantasmas de Marte (Ghost of Mars), hace ya la friolera de 12 años: siendo de lo menos interesante de su autor, todavía emanaba ese aura tan carpenteriana (Asalto a la comisaría del distrito 13mezclado con ciencia-ficción y tal…). Esta puede digamos encuadrarse dentro de lo menos conocido y también o ya según para quién, menos logrado de su filmografía, como Dark star(1974), Christine (1983), Starman (1984), Golpe en la pequeña China (Big trouble in little China, 1986), El príncipe de las tinieblas (Prince of darkness, 1987) o Memorias de un hombre invisible (Memoirs of an invisible man, 1992).
Y luego es el autor de varias obras maestras del fantástico de toda clase y condición, entre las que incluyo por supuesto La noche de Halloween (tanto por su calidad como por su influencia posterior en el horror USA), y que también están la poco reconocida La niebla (The fog, 1980)- nada que ver con la también excelente y reciente La niebla (The mist, Frank Darabont)- La cosa (The thing, 1982), su díptico de Serpiente Plinssken-  Escape from NY (1981) y Escape from LA (1996)- la también poco valorada (o al menos a mí me lo parece) ¡Viven! (They live, 1988) o dos de las, personalmente, obras clave del fantástico de los 90, como son En la boca del miedo (In the mouth of madness, 1995) y la gran Vampiros (Vampires, 1998). Además (se me pasaba) realizó un violentísimo thriller en los 70, justo antes del film que nos ocupa: Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on precinct 13, 1976), toda una declaración de principios de alguien que apuntaba un descomunal talento, el cual se confirmaría en sus siguientes trabajos.
Enumerar todas las virtudes de esta película serían un ejercicio harto fútil además de interminable de modo que me centraré en lo más importante. Para empezar, posee la banda sonora más terrorífica e inquietante de la historia del cine: todas las bandas sonoras de las películas de Carpenter las ha compuesto él, algunas también realmente espléndidas, como esta. Además, realiza otras muchas funciones dentro de la realización de sus films, lo cual le convierte en un verdadero autor. Abajo os dejo el link para el que quiera el tema principal de la película.
Cuenta con una debutante Jamie Lee Curtis, a partir de entonces “el rostro” de la saga de La noche de Halloween y qué duda cabe que su rol más recordado. No he visto las secuelas, digamos, directas, aviso, así que no sé qué tal están, pero vamos, supongo que ninguna se aproximará al nivel que mostró esta, aunque sí he visto las brutales versiones realizadas por el salvaje de Rob Zombie en 2007 y 2009. Y las dos son una pasada, explicando la primera de ellas los orígenes del personaje (algo que no vemos en esta que nos ocupa). Nada que ver con su último trabajo, esa tontería llamada The lords of Salem(2013): no entiendo cómo una cosa que prometía tanto con sólo fijarse en el título acabó en tan poca cosa, le pese a quién le pese).
Lee Curtis interpreta a una niñera que cuida a un niño pequeño durante la noche de Halloween. Pero un antiguo asesino del pueblo (mató a su familia otra noche de Halloween años atrás, siendo niño) se ha escapado del manicomio y vuelve al pueblo, añorando su casa y, por supuesto, más sangre. Carpenter convirtió una premisa tan sencilla en algo enorme, con esos movimientos de cámara por el pueblo durante el día, acechando a los protagonistas sin que estos le vean, para descuartizarlos por la noche, todo ello acompañado de ese celebrado y aclamado scoreque da a la función una atmósfera realmente amenazante, además de un genuino sentido del terror y una logradísima tensión. Puede verse algún guiño cinéfilo de Carpenter a sus ídolos, como cuando la prota, mientras cuida del niño durante “la noche de autos”, está viendo El enigma de otro mundo (The thing from another world, Howard Hawks, 1951), curiosamente rehecha por el propio Carpenter 4 años más tarde con La cosa…También, si uno/a tiene tablas, se aprecia alguna referencia al Psicosis de Hithcock- más allá de que Lee Curtis fuera la verdadera hija de Janet Leigh, protagonista de aquella cinta, y de Tony Curtis, célebre protagonista de otra película con asesino maníaco como era la espléndida El estrangulador de Boston (The Boston strangler,Richard Brooks, 1968)- y es una cinta de las pocas que ha hecho saltar, literalmente, de los asientos a los espectadores.
Carpenter demuestra aquí que es y siempre ha sido un master of horror, como Hitchcock lo fue del suspense, aunque aquí también hay suspense para dar y tomar (ejemplificado, por ejemplo, en el carácter sobrenatural (“no es un hombre. Es el mal” dice su doctor, que va al pueblo a intentar detener la masacre…) que se intuye al personaje de Michael Myers, el asesino, algo que sólo se intuye, no se sabe…hay que ver la peli para darse cuenta… y cuya presencia se nos advierte, cada vez, a través de su respiración…), con todos esos ya comentados movimientos de cámara, en una dirección realmente hábil por parte del cineasta: la cámara establece la situación, se va hacia un lado y algo acecha por el otro…puede que sea un árbol, aunque no siempre…en ese sentido la película realmente resulta una obra maestra a nivel técnico, además de todas las virtudes de su guión, y su visionado resulta espectacularmente plausible. Todo ello apoyado en, una vez más, su aterradora banda sonora.
Vemos películas por una cantidad innumerable de razones: a veces queremos ser entretenidos, a veces queremos reír, a veces queremos llorar, etc. Y a veces queremos ser aterrados.