Hay ocasiones en las que los libros te llaman irrefrenablemente y sin remisión y no puede uno resistirse. Y uno de esta ocasiones ha venido a darse en cuanto vi el título y la portada de La noche en que Frankenstein leyó el Quijote. En el título aparecen ya dos de mis personajes de ficción más queridos: la criatura creada por Mary Shelley y nuestro ingenioso hidalgo, más tarde reconvertido en caballero, don Quijote. Y la portada, ¿qué puede decirse de esa portada, diseñada por Alejandro Colucci, con la criatura con el libro en las manos, ensimismado en la lectura, al calor de la chimenea en un ambiente gótico y decadente? Inútil resistirse. Ni lo intenté siquiera. Solo me quedaba leerlo y ver qué me aguardaba entre sus páginas. Y a eso me puse...
La noche en que Frankenstein leyó el Quijote es mi primer acercamiento a la obra de Santiago Posteguillo, escritor muy popular gracias a sus novelas históricas, la última Los asesinos del emperador. Pero este libro que hoy os acerco no es una novela histórica, es más, no es una novela, es un recopilatorio de artículos aparecidos en el periódico Las Provincias, aunque en forma más breve, y que ahora, gracias al apoyo de sus editores y colaboradores, ha decidido agrupar en este volumen. Bueno, quizá el término volumen se queda demasiado grande a este libro de apenas 230 paginas, así que mejor diremos que ha agrupado bajo este título.
Santiago Posteguillo (Valencia, 1967)
Y estos veinticuatro artículos que configuran el libro son un especie de bandeja de degustación cuyo principal ingrediente es la literatura, las letras, los escritores y su escritos. Y uno va picoteando, todo delicioso, aunque inevitablemente uno se siente más cercano a unas historias u otras, dependiendo de los gustos, devociones e inquietudes literarias. Hace Posteguiloo un recorrido desde los tiempos de Tolomeo II y la biblioteca de Alejandría hasta la actualidad, con un repaso a algunos de los grandes autores, o grandes obras de la historia de la literatura. Pero no es, en absoluto, un acercamiento erudito o sesudo lleno de datos, sino que el autor nos da tan solo pinceladas, a veces meras anécdotas o detalles, de la vida de tal o cual escritor- por ahí pasan Shakespeare, Jane Austen, Dickens, Cervantes, Dostoievski, Dumas, Raymond Chandler, Zorrilla,...-, sobre los problemas de algunas obras para ser editadas y publicadas, sobre los motivos que llevaron a su creación o simplemente situando la obra en el contexto de las vicisitudes personales de sus autores.El lenguaje es muy sencillo- Posteguillo le habla al lector de tú a tú- y el libro tiene vocación de llegar al gran público sin afán alguno de erudición. Es un libro escrito por un amante de la literatura- ese cariño se percibe desde el primer momento- para los amantes de los libros o quizá también para despertar en otros una curiosidad que puede dar, con el tiempo- en una gran pasión.
Muchos de los datos e información que aparece son ya conocidos por la mayoría de los lectores pero eso no le resta interés. El estilo de Posteguillo, ese acercarnos a la cotidianidad de la vida de los grandes autores, ese trasladarnos a su realidad, desnudándolos del halo de mito y mostrándolos como meros seres humanos, es el encanto del libro.
La noche en que Frankenstein leyó el Quijote se lee con gusto, con deleite, con placer y tras la degustación de todos los artículos puede surgir la necesidad de tomar un plato especial de alguno de ellos. Ahí es cuando debemos encaminar nuestros pasos hacia obras más especializadas. Y si me lo permitís, cuando leáis el libro- yo, desde luego os lo recomiendo- y hayáis llegado al artículo sobre la autoría de las obras de Shakespeare, seguid con la obra de Bill Bryson Shakespeare, un estupendo libro sobre el gran bardo.
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