La noticia de este miércoles no era el debate de siempre en el Congreso ni la tercera detención de etarras en una semana ni el capítulo nosecuántos del caso Faisán, noticias todas ellas que llenan junto a la foto del Rey con Barack Obama las portadas del jueves (El País, El Mundo y Público) que he podido consultar pasada la medianoche. La noticia del día, que no merece ni un sumario en ninguna de estas tres cabeceras, era la sentencia del Tribunal Supremo que anula 13 cláusulas abusivas que los bancos imponen a los clientes. Afecta prácticamente a todos los españoles mayores de edad.
Entre las claúsulas anuladas están las que descargaban en los propietarios de tarjetas o libretas los perjuicios derivados de su robo o uso fraudulento, en el caso en que esas circunstancias no fueran comunicadas a las entidades financieras. Precisamente sobre ese tema escribí hace poco una entrada, Uso fraudulento de la VISA, con permiso del banco, aunque como contaba en ella, yo sí avisé inmediatamente al banco, que tuvo que devolverme el dinero no sin antes hacerme presentar una denuncia y una reclamación.