Mientras Rajoy y el PP andan ocupados aclarando que "donde dije digo, digo Diego": anunciando la subida de impuestos y preparando más recortes al gusto de Francia y Alemania, me ha llamado la atención la nueva tendencia de los inversores, que ya viene cuajando en España desde que explotó la burbuja inmobiliaria, y que ha seguido en ascenso, y continuará en el 2012: la nueva fiebre del oro.
Con el ladrillo regresando por fin a sus valores reales, y con el panorama de crisis económica a nivel mundial, grandes y pequeños inversores han vuelto al patrón oro como valor seguro para garantizar sus riquezas e inversiones.
Bueno, no sólo los inversores. Los ciudadanos de a pie, inflamados por el reclamo del "COMPRO ORO", escrito en letras mayúsculas por todas partes, también hemos vuelto a desenterrar nuestros pequeños tesoros escondidos para poder salvar nuestras debilitadas economías domésticas.
Algunos afirman que esta nueva fiebre del oro, a nivel mundial, es la venganza del sionismo, que está recaudando y acumulando en grandes depósitos el oro del mundo entero.
Teorías conspiratorias aparte, lo cierto es que grandes multinacionales y entidades financieras capitalistas han vuelto a hacer acopio de lingotes del preciado metal como uno de sus activos más importantes, desbancando al ladrillo e incluso a acciones y divisas, estableciéndose como la inversión más segura a largo plazo.
En nuestro país, en la época de la dominación romana, se explotaron grandes minas de oro en el norte de España (ejemplo: Las Médulas - León), llegando a agotarse en algunas zonas el preciado metal que manaba generoso del subsuelo.
Hasta el año 2006 también se han explotado en la zona de Asturias pequeños yacimientos de oro, aunque contaminado con otros metales y minerales, que terminaron clausurando por falta de rentabilidad.
Pero, según los últimos estudios, parece que los romanos no se llevaron todo el oro. La empresa canadiense Astur Gold afirma que en Asturias se halla uno de los mayores yacimientos de oro sin explotar de Europa Occidental.
La empresa quiere comenzar la explotación en el año 2014, y afirma que ya están realizando los preliminares para la implantación de la mina.
Ello supondría un importante impulso para la economía de aquella zona y, al mismo tiempo, un muy importante deterioro del medio natural.
Las explotaciones auríferas producen un grave daño al medio ambiente (véase el informe "Los secretos sucios de Barrick" en minas de oro a cielo abierto). Afortunadamente, el gobierno del Principado de Asturias parece que sólo ha autorizado la explotación del proyecto de Salave como mina interior, lo que aplacará, en cierto modo, el impacto que estas minas producen. No hay constancia aún de la autorización definitiva del Principado para iniciar la explotación.
¡La nueva fiebre del oro ya ha llegado a España!.