La nueva ley de montes, ese último engendro pergeñado por el actual gobierno que tiene a nuestra naturaleza, a nuestro inventario ecológico, como sujeto pasivo, que la convierte en mera mercadería, y que la convierte en una posesión de unos pocos, ya está en marcha.
Hoy vamos a reflexionar sobre ella en este blog de ecología, pero vamos a tratar entender el trasfondo y las motivaciones que llevan al gobierno a redactar y aprobar este documento.
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Sí, sin apenas hacer ruido, una vez más muy lejos de los vórtices generadores de opinión. Los señores Ministros, decidieron aprobar la nueva ley de montes el pasado día 9 de febrero. Los Ministros piadosos y temerosos de un dios al que no dudan recurrir y aluden en públicas declaraciones, se les ha olvidado el pasaje bíblico de Jesucristo entrando al templo y pateando a los mercaderes.
La ley de Montes tiene un gran tufo a comercialización de saldo, carácter privatizador (a quien le puede extrañar viniendo de donde viene) y hay hasta quien dice que pueda ser anticonstitucional (a día de hoy el adjetivo constitucional ha perdido gran parte de significado positivo, ya hay demasiadas cosas constitucionales que no precisamente nos agraden, y ojo no es que denostemos la Carta Magna, pero sí que defendemos una más que necesaria reforma, que le haga recuperar sentido, significado y vigencia y que abarque a cuanta más gente mejor)
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Entre las cosas que más llaman la atención a cualquiera que esté al tanto de las tendencias mundiales en las políticas medio ambientales de nuestros montes al leer el texto de la nueva ley de montes es la clara desafección que tiene el gobierno por la ecología de nuestro país, la de todos, no valora la inmensa riqueza que supone para todos, los beneficios que aporta su conservación y la desliga de la economía, es más, la convierte en un factor generador de riqueza para unos pocos, ignorando su carácter de recurso finito e irreemplazable.
La tendencia actual de ligar economía y ecología, una tendencia mundial, es algo de lo que todavía no han oído habar los que rigen el destino de todos los que habitamos la piel de toro.
Es más esta ley de montes plantea explotar, desregularizar y privatizar los recursos naturales para que unos pocos hagan negocio, poniéndolo como un argumento más que nos llevara a la recuperación económica. Nada más lejos de la realidad.
No deberíamos de extrañarnos de esto, esta nueva ley no es más que un ejemplo entre otros muchos en los que el actual gobierno antepone la explotación de los recursos ecológicos y naturales a su conservación, ahí tenemos las prospecciones de las Canarias, los cultivos transgénicos, la ley de Costas o el fracking, la de aguas, la de evaluación ambiental, la de responsabilidad ambiental, la de parques nacionales entre otros.
Entre otras cosas, no nos extenderemos mucho, ya lo habréis leído en otros medios, la nueva ley de montes permite a las Comunidades Autónomas recalificar terrenos quemados tras un incendio forestal sin necesidad de esperar 30 años, norma que marca la ley de montes de 2006, es decir, esto es una puerta abierta a llenar de hormigón y ladrillo nuestros montes y sobre todo es una tentación, llamarme mal pensado, me da igual, a las malas intenciones, que tal como está el patio no se puede pensar en otra cosa.
Pero es que además, para cerrar el círculo, a aquellos que se encargar de vigilar el Medio Ambiente en España, los Agentes Forestales se les impiden hacer su trabajo y se les acalla su voz. Es decir, este ley impide que investiguen y les resta valor a sus atestados, lo que sin dudaba va a hacer más difícil la investigación, persecución y penalización de los atentados medio ambientales que se producen en el país, entre ellos los grandes incendios forestales. A que ya no os parezco tan mal pensado.
La ex ministra Cristina Narbona lo explica muy bien este artículo, esta nueva ley puede vulnerar el artículo 45 de la constitución, nos habla del el derecho al medio ambiente, como una condición indispensable para el adecuado desarrollo de los ciudadanos.
Pero más allá de su constitucionalidad, esta ley de montes es otra muestra más de la falta de respeto hacia todos nosotros del actual gobierno. Las leyes que rigen nuestra convivencia se oponen a sus oscuras tramas para continuar haciendo negocio con lo que es patrimonio de todos, con lo que deberían de tratar de conservar como el mayor de los tesoros. Esta ley facilita la pérdida de bosques, de biodiversidad, no antepone como prioridad recuperar las zonas afectadas por un incendio, al revés, las áreas quemadas se convierten en una oportunidad para convertirlas en negocio, claro, para unos pocos, perjudicando a todos a largo plazo. Evita la vigilancia, la investigación, la buena conservación de los montes, es decir, facilita el delito. Algo que en si mismo contradice la naturaleza de cualquier ley que se dicte en un estado democrático.
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La recuperación económica es una vez más la escusa esgrimida por los corto placistas e inmorales gobernantes de este país, que curiosamente se enfundan los primeros el traje del patriotismo, para explotar sin miramientos los recursos naturales del país, como si fueran de ellos, o si solo ellos tuvieran voz y voto, unos recursos que suponen ilimitados y gratuitos.
Esta ley aleja a España de las políticas en materia de lucha contra el Cambio Climático, reducir emisiones de CO2 es una tendencia en las políticas actuales del planeta. Los bosques, los montes, los árboles son fundamentales en esta lucha, conservarlos y ampliarlos es la mejor manera de luchar contra el calentamiento global, máxime cuando no se hace nada para reducir emisiones, cuando se sigue apostando por modelos energéticos basado en la quema de combustibles fósiles, cuando se desmantela el sector de la energías renovables, del cual éramos punteros no hace muchos años o se penaliza el autoconsumo energético.
La pondrán tildar de anticonstitucional, pero sobre todo la nueva ley de montes es indecente, inmoral y caduca, ¿un espejo de las mentes que la han ideado?.
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