Mercado Anton Martín
Al Mercado de Antón Martín no se va a hacer turismo. Sus parroquianos se dividen entre las viejecitas de toda la vida, las bailarinas que estiran los músculos mientras hacen el pedido de fruta, los matrimonios que desayunan en el bar mientras esperan la vez en la carnicería y las parejas jóvenes del Barrio de las Letras y Lavapiés, que han convertido el hecho de hacer la compra el fin de semana en casi un acto social y festivo. Y es que el Mercado, construido en los años 50 para ordenar los puestos callejeros que se congregaban en la plazuela de Antón Martín, se está modernizando sin perder su esencia tradicional.
“El Mercado decayó mucho hace unos cuatro años, se cerraron muchos puestos pero de un año para acá, se está volviendo a apostar por estos comercios”, explica Yoka Kamada, que lleva seis años aprendiendo español y vendiendo comida japonesa desde su espacio en el mercado, YokaLoka. Los nuevos puestos dan “vida” al establecimiento e incrementan la “fusión, la mezcla de costumbres y de personas que hay en esta zona”, afirma Paz, del puesto de productos gourmet y degustación dondeSánchez.
dondeSánchez
En su tienda y en otras del mercado como Sandwich Mixto se programan conciertos, talleres, exposiciones que están potenciando el interés por estos pasillos alimentarios. De este modo, los clientes se están acostumbrando a ir a comprar y aprovechar para tomar el aperitivo en la Cocina Impostora o en Ostrerías de Mercado, probar algún vino nuevo, un poco de jamón ibérico en La Fina, un perrito caliente en Cositon’s Meals, comida ecológica en La Ecotienda del Mercado o en Actitud Natural o encargar sushi fresco para llevar a casa. O llevarte arte en lugar de chuletas cuando abre el puesto efímero La Carnicería. Las iniciativas son muchas y muy variadas.
Esto no quiere decir que los nuevos se coman a los viejos. Muy al contrario, “los dueños de los puestos de siempre no quieren soltarlos, quieren seguir trabajando”, afirman desde el Mercado. Ya hay puestos regentados por la tercera generación de una familia, como la charcutería Romero o la casquería. Según Paz, “como la gente nueva reforma los puestos cuando llegan porque quieren tenerlos bonitos y bien terminados, esto está motivando a que los de siempre también se animen a hacerlo y a participar en las actividades”, como los festejos de San Isidro o el Festival de la Tapa Subterránea.
Juanjo
La Junta Directiva actual está orientando sus esfuerzos a sumar las iniciativas individuales de los puestos más activos para mejorar la comunicación conjunta, ganar visibilidad y motivar al resto de tenderos que aún no se han unido a estos esfuerzos. Así, han cogido un puesto grande que estaba cerrado en la segunda planta y lo han habilitado para el uso general. En él, se puede uno parar a comer algo, a descansar o leer y es posible programar las actividades del mercado, tanto talleres con niños y adultos como exposiciones o presentaciones. Además, están en conversaciones con la Asociación del Barrio de Las Letras (al que pertenecen) para hacer actividades conjuntas.
Espacio multiusos Mercado Antón Martín
Ir a hacer la compra al mercado del barrio no sólo apoya a los pequeños comerciantes vecinos. Ahora también puede ser una experiencia variada y muy rica que os vamos a contar desde aquí. Con este artículo, abrimos una serie en la que os iremos enseñando los puestos más curiosos, más chulos, más tradicionales o más interesantes del Mercado de Antón Martín. Espero que os guste y os anime a acercaros por aquí.
Los datos: Mercado de Antón Martín. Calle Santa Isabel, 5, junto al cine Doré. 913 69 06 20. Horario: de lunes a viernes, de 9 a 21h. Sábados, de 9 a 15h. Tienen la web en construcción pero están muy activos en Facebook y en Twitter. Sígueles para enterarte de todas sus novedades e iniciativas.
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