Seguro que más de una vez le ha sorprendido ese amigo, familiar o vecino que comiendo más que una lima gruesa, sigue siendo un figurín, la sombra de un suspiro. Dan envidia, ¿verdad? ¿Dónde debemos buscar las causas de la obesidad: en el sistema digestivo… o quizás en el cerebro?…
La 'arquitectura' neuronal de nuestro cerebro parece desempeñar un papel importante en la forma en la que nuestro cuerpo reacciona y asimila lo que comemos, implicándose directamente en el problema de la obesidad. Un estudio publicado en la revista PNAS llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Yale, en EE.UU., con participación de científicos españoles del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición, pone de manifiesto la influencia en el peso corporal de la estructura cerebral que se va adquiriendo ya incluso antes de nacer.
Neurona
Al parecer, la forma de conexión neuronal, junto a la estructura del hipotálamo –glándula situada en el centro del cerebro bajo el tálamo y que, entre otras cosas, regula el apetito-, sería clave en la propensión a engordar que tienen las diferentes personas. La investigación se llevó a cabo en ratones, viéndose que aquellos criados con propensión a la obesidad mostraban diferencias significativas en las zonas cerebrales que controlan la alimentación. Por otra parte, aquellos animales controles sin propensión a engordar, mostraban unas neuronas implicadas en la señalización de la saciedad mucho más activas y efectivas en la transmisión de la señal.
Por lo tanto, del estudio se infiere cierta predisposición genética a la obesidad. De todas formas, tal y como dice mi abuela una vez más, el bocado que no engorda es el bocado que queda en el plato…
JAL -(CBMSO)
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA A 29 DE NOVIEMBRE DE 2010
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