Un estudio realizado en el University College Cork encontró evidencia de una peor salud mental en adultos obesos de mediana edad y mayores, independientemente de la enfermedad y los factores del estilo de vida.
El estudio analizó datos de salud de más de 1.800 voluntarios adultos, comparando puntuaciones de IMC y puntuaciones de salud mental. Investigaciones anteriores han sugerido una conexión entre la obesidad y la depresión, pero pocos estudios han examinado este vínculo utilizando evidencia sólida de adultos mayores.
Los investigadores sugieren que una salud mental más deficiente en las personas obesas mayores probablemente esté relacionada con factores sociales y físicos, incluido el estigma social, los prejuicios y la discriminación asociados con la obesidad.También notaron la presencia de diversos problemas de salud asociados con la obesidad, como dolores articulares y de espalda, enfermedades cardiovasculares y fibromialgia. El estudio encontró una asociación entre el IMC y las medidas corporales compatibles con la obesidad y la depresión, particularmente entre las mujeres.
El estudio recomienda que las intervenciones sanitarias específicas incluyan asistencia para el control del peso para abordar las frustraciones que enfrentan las personas obesas y mejorar su salud mental. Los hallazgos enfatizan la importancia de abordar los factores sociales y físicos y brindar apoyo personalizado a las personas con problemas de salud mental relacionados con la obesidad.
El estudio fue publicado en la revista PLOS ONE.