Foto de Internet. Contribuyendo en la Solidaridad.
En estos tiempos inciertos en que vivir es un arte, cómo soltara alguna suerte de grupo musical henchido de progresismo y que ya va entrando en años mientras el antisistemismo se les queda grande, se va desatando muy poco a poco lo que ya hacía tiempo se echaba en falta, lo que Cáritas clamaba junto a Cruz Roja y lo que nuestros politicastros, sindicalistos y culturetas de siniestra se afanan en ocultar mientras reivindican, sin pudor y sin vergüenza, que las subvenciones les sigan llegando en fuerza y cantidad. No puedo por menos que congratularme de que Cáritas, el Banco de Alimentos y Cofradías de diversas localidades, que muchas asociaciones vinculadas a la Iglesia Católica, sigan haciendo fuerza para dar de comer, siquiera una vez al día, a la ingente legión de damnificados por una crisis que sólo entiende de retroalimentación a los bancos, causantes de la misma y entidades privadas a las que, sino tienen para mantenerse debieran de haberse dejado caer. Las Operaciones kilo o los hechos solidarios se extienden por diversas ONGs laicas, pero principalmente, es la primera enemiga del RuGalfaisanismo, la Iglesia, la que se está moviendo para mover, valga la redundancia, conciencias.
Más madera, es la guerra.
He intentado en todo el tiempo que llevo escribiendo en éste mí, vuestro blog, hacer un ejercicio de responsabilidad y mirar a la izquierda, esa a la que tan rumbosamente pertenece el gran RuGalFaisán, con los mismos ojos con los que podría mirar a la derecha. No obstante, tras constatar que zETAparo ha hecho tantísimo daño a la nación que nos costará hacer cientos de operaciones kilo para poder mantener a la ingente población en paro, un veinticinco por ciento de mayores y un cincuenta y cinco por ciento de personas jóvenes, no puedo por menos que ver, en la izquierda de éste país, el engendro más maquiavélico de toda la Historia de España. Un engendro que se sigue autodenominando la garante de las libertades y la democracia y que, efectivamente lo es. De las libertades a la hora de colocar de manera nepotista a todos sus allegados en puestos creados específicamente para ellos y financiados con nuestros impuestos. De las libertades de expoliar ayuntamientos, diputaciones, comunidades y todo lo que se ponga de por medio para hacerse ricos en el menor tiempo posible sin aportar absolutamente nada a cambio.
Y lo mejor de todo, no dejan de dar, desde todas las instituciones en que los garrulos que los votan los situan, generosísismas cantidades de dinero a los corresponsables de éstas grandiosas cifras de paro, a los sindicalistos que, mientras zETAparo nos llevaba de mal en peor, se fueron callando cómo las meretrices que son para que el país, supongo ya, de manera totalmente deliverada, se fuera lo más rápidamente al carajo. Claro está que, si malos fueron unos, los que tenemos ahora no son demasiado mejores, permitiendo que unos y otros sigan mamando de la teta pública mientras miles de madres no pueden dar, ni siquiera un chusco de pan a sus hijos. Es la democracia que hemos elegido y largamente llorada, una serie de prebendas supramagníficas para todos los que tengan carnet y el desprecio más absoluto para los que no sólo no lo tengan, sino que no anden cómo la mayoría de los inmigrantes, cobrando en negro, pillando subvenciones, libros gratis y jodiendo, cómo ya empieza a pasar por Castellón la navidad a los niños porque cuatro moras se les ha puesto en sus partes que se cargarán todo aquello que esté relacionado con la celebración.
Sobran mamones.
Se me parte el corazón cuando veo voluntarios de cofradías, de Cáritas, de Cruz Roja pidiendo comida para poder alimentar a compatriotas que han tenido la mala suerte de ser embestidos de mala manera por la peor Crisis económica que nuestro país ha conocido en los tiempos modernos. Y digo en los tiempos modernos porque en otros tiempos no tan lejanos, nos moríamos de hambre sino trabajábamos, vivíamos con la mitad de derechos y reclamábamos muchas menos cosas porque simplemente estábamos programados para ser animales con capacidad de hablar. Ahora han vuelto esos tiempos y la decrépita sociedad española se va dando cuenta de que han servido treinta años de progresos económicos sin más sustento que el de ser "Yo más" y el de tener más que el vecino por el mero hecho de aparantar ser lo que no sómos. No es raro ver en esas listas de comedores sociales, de Cáritas, personas que no hacen tanto tiempo iban en sus buenos coches, vivían en sus buenos chalets, vestían a la última y vivían de la burbuja que terminó explotando y salpicándonos de mierda a todos.
Ahora les dan de comer de lo que a usted y a mi nos sacan por solidaridad en Centros Comerciales las cofradías católicas, los catequistas, católicos, los afines a Cáritas y tal y cual... Justo a aquellos que más atacaban los amigos de los niños que son los del capullo y el puño que no sólo no saben sino quebrar todo lo que tocan sino que además, si te ven que eres capaz de arreglar lo que ellos se han cargado, te pondrán todas las trabas posibles y te azuzarán a sus perros de presa, los sindicalistos, que para ello los han hinchado a millones de euros del erario público, no para que te den un cursillo de formación, sino para que te revienten el coche si no cumples con su mafiosa ordenanza de respetar las Huelgas Generales cuando a ellos les salga de los huevos. Por lo demás, pues nada, no les veremos nunca hacer una política social que consista en usar parte de las generosas subvenciones que perciben sin derecho alguno a hacerlo en dar de comer a los muchos que gracias a que ellos se lo llevaban calentito con los EREs, se han ido derechitos a la cola del paro primero y a la puerta de Cáritas después.
Solidaridad y tal.
Son épocas de arrimarse, de quererse y de dar al que no tiene en detrimento del que ostenta. Son tiempos en los que, tras cinco años de un crisis interminable, que no parece acabarse y que amenaza con derrumbar todo lo que conocíamos mientras los politicastros y adláteres seguirán celebrando con bogavante el nacimiento del Salvador o en caso de los sucialistas, la nueva invasión de Al- Andalus, toca apretarse un poco y comer menos para que comamos todos. Y me refiero a los de aquí primero que es algo muy facha y tal pero que es de pura lógica. Si no miramos por los padres de familia españoles primero, si dejamos que los que vengan de fuera se merienden gratis mientras los forran a subvenciones lo que vamos donando al banco de alimentos sólo estamos consiguiendo una cosa, criar nuevas crías de rapiña que el día de mañana se habran criado y hechos fuertes gracias a la propia consciencia de un Estado de Derecho que sólo parece serlo para los que nos vienen de fuera mientras que los de dentro sómos cómo las putas bobas, que pagamos el polvo y encima, ponemos la cama.