Sigo de ruta de trabajo por Bilbao, con toda la industria, como diría mi madre: el paraguas, el ordenador, los móviles, el bolso, la chaqueta... vamos que soy un cuadro de tia. Luego no sé de qué me extraña que no me miren ni los camareros, menuda pinta de estresada que tengo con los móviles sonando, pitando los mails, y abriendo el portátil en cualquier esquina.
En fin, que a media mañana, pues con tanto running, a una le entra hambre, y si te pilla cerca de la plaza Moyua, lo mejor es ir a La viña del ensanche y comerte una mini tortilla de esas que preparan al momento. Si, vas, y no está allí metido todo Bilbao, parte de Donosti y otra de Vitoria, algo que sí estaba esta semana, por lo que acabé rebotada en el bar de al lado, La Olla.
La Olla es un bar con una barra enorme de pinchos, con tacos de bonito que te mueres de bueno, gildas, y bocadillos de jamón, que está de vicio. Pero la tortilla.... buuuffff la tortilla no está nada buena. Pedí un pincho de la de sin cebolla, más que nada por que en lugares que no conozco, si me la juego con la patata y los huevos, y añadimos una variable más eso aumenta la probabilidad de que acabe en desastre. El caso, es que me pusieron un trazo seco como la mojama, con trozos enormes de patata, que se llevaban bastante mal con los huevos, y cada uno acababa por su lado, una pena.
LA OLLAwww.barlaolla.comC/Diputación. Bilbao
Mira que la barra es buena, y he ido a pedir el pincho menos lucido y menos bueno de todos. Sin duda, un bar al que hay que ir, pero no a comer tortilla, sino cualquiera de sus maravillosas alternativas.
Botellin de agua y tortilla, unos 4€