Revista Cocina

La onza de chocolate

Por Biscayenne

"Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire. El que agradece que en la tierra haya música. El que descubre con placer una etimología. Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez. El ceramista que premedita un color y una forma. El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada. Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto. El que acaricia a un animal dormido. El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho. El que agradece que en la tierra haya Stevenson. El que prefiere que los otros tengan razón. Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo."
Los justos, Jorge Luis Borges.
Yo añadiría "el que disfruta lentamente una onza de chocolate", "el que huele un libro después de abrirlo", "el que te da el pan untado en el último resto de salsa", y así hasta llegar a los 36 justos. Aquellos que salvan el mundo todos los días haciendo que éste sea un poco mejor, de una forma sencilla y cotidiana. Los que hacen el bien sutilmente y sin ruido, dejando un poco de luz en la vida de los demás.
Ayer me enteré de que una persona así falleció hace poco. Y me sentí más desvalida y más oscura que cuando él estaba aquí para ayudarme. Le gustaba hablar, el chocolate y los barcos. Durante toda su vida hizo que los momentos angustiosos fueran más fáciles para muchas personas, y siempre me decía que no pensara en los "y si..." mientras me tendía un pañuelo de papel y una onza clandestina sacada de un envoltorio arrugado.
La onza de chocolate
La vida es muy perra y en estos momentos más que nunca. Parece que cada día se tuerce y se estrecha, oscureciéndose un poco más el camino. 
Dicen que cuando uno de los 36 justos muere, es inmediatamente sustituido por otro que también desconoce su propia importancia. Hará pequeños gestos que iluminen la oscuridad ajena, como degustar un trozo de chocolate con deleite infantil y una sonrisa. O puede que cocine y haga de comer, otro de esos actos que "constituyen, sin sospecharlo, los secretos pilares del universo".
¿Que esto no es una receta? Y qué. 


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