Que la Santa compañía de Dios me acompañe,
y que el manto de Santa María, su Madre,
me cobije y me defienda de todo peligro.
Ave María gratia plena Dominus tecum,
(Dios te salve María llena de gracia,
el Señor está contigo)
Él me libre de todos los espíritus malignos,
bautizado y sin bautizar.
Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera,
Cristo de malos enemigos me defienda.
Señor y justo juez, Hijo de María Virgen,
aquél que nació aquel solemne día,
que yo no pueda ser muerto,
ni me quieran mal,
tengan ojos no me vean,
tengan manos no me toquen,
que el hierro no me hiera
y los nudos no me aten.
Dios le dijo a Libón:
con tres nueces no podrán hacerme daño,
ni a ti, ni a tus hijos
ni a ninguna otra persona que las portara.
Amén,
Jesús, María y José.
dominus tecum berrum carrum.
Santa María piadosa,
Madre de nuestro Señor Jesucristo,
que al monte Tartáreo entraste
y la gran serpiente encontraste;
con la singular la ataste