El verano es una época del año que muchos niños esperan por varias razones, las vacaciones, la posibilidad de disfrutar del sol, de los juegos al aire libre y de los baños en playas y piscinas, pero también es la época del año en la que se incrementan problemas como las quemaduras solares o enfermedades como la otitis externa u otitis del nadador.
Sobre la otitis externa nos habla Luis Lassaletta, miembro del SEORL (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cervico-Facial), comenta que la otitis externa infantil aumenta un 50% en verano, algo lógico teniendo en cuenta que los niños pasan muchas horas dentro del agua, esto provoca que se incremente el riesgo de sufrir esta infección. Parece ser que cada año, sólo en Europa la otitis externa afecta a una media de 40.000 personas, lo que nos da una idea de su incidencia.
La otitis externa es una inflamación del conducto auditivo externo que se produce por una infección provocada por microorganismos patógenos, como por ejemplo hongos y bacterias que se introducen en el oído. Agua y calor forman un caldo de cultivo especial para la proliferación de estos patógenos, de ahí que sea la época del año de mayor incidencia de la infección. Un exceso de humedad en los oídos irrita y también lesiona la fina piel que recubre el interior del conducto auditivo, permitiendo el acceso a estos microorganismos.
Antes hemos indicado que el mayor tiempo en el agua aumenta las posibilidades de contraer la infección, sin embargo, un niño puede bañarse con moderación y también podría sufrir otitis externa, sobre todo si tiene una pequeña lesión en los oídos producida por un aseo demasiado enérgico, una pequeña herida, una piel interna excesivamente reseca, etc. A través de este artículo podemos saber conocer los consejos que proporcionan los audiólogos de Alain Afflelou para intentar reducir el riesgo de que los niños puedan sufrir una otitis del nadador:
Mantener siempre los oídos secos y limpios después de cada chapuzón.
No manipular el conducto auditivo: no rascar los oídos ni introducir algodón, bastoncillos de los oídos u otros objetos de limpieza en el interior. En caso de tener un tapón de cerumen, se debe acudir al médico para su extracción.
Evitar nadar en aguas contaminadas o sucias.
Usar tapones hechos a medida para nadar.
Recordemos que los síntomas característicos de la otitis suelen ser picores y dolor en los oídos, problemas al masticar y secreciones transparentes que se producen en el oído, pero que a medida que se agrava la infección se tornan de color amarillento verdoso. Ante estos síntomas lo mejor es acudir al pediatra para que prescriba el tratamiento más adecuado. No se puede considerar la infección como algo de poca importancia, en casos extremos en los que se produce una inflamación aguda del conducto auditivo externo, se puede producir una pérdida de audición.
Foto | clubecurumim
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La otitis externa infantil aumenta un 50% en verano