Ya no hay imágenes reales sino imágenes virtuales. La apariencia sustituye a lo verdadero. La imagen real cede a la imagen virtual proyectada por la pantalla, la imagen real se camufla en ésta para transformarse en otra imagen. Toda imagen individual puede cambiar de forma permanente en el mundo virtual y de esta forma enmascarar su verdadero rostro con mucha mayor facilidad que en el mundo real, aunque en éste también se puede dar el mismo fénomeno a través de otros medios y técnicas de manipulación.