Controlar todo con la mente para reducir el estrés, puede tener el efecto contrario...
Caso 1: Es Sábado por la tarde, estas cómodamente en tu casita disfrutando de una peli, y de pronto se te viene a la mente el reporte que tienes que entregar el lunes en la tarde y que no has hecho…. O peor tantito, tu mente se inunda de pensamientos de todas las actividades pendientes que dejaste en la chamba, que quizá no has decidido que vas hacer con ellas y te pones a pensar cuantas son y que hay que organizar...Ya se te aguado tu momento con la peli… te sientes estresado.
Caso 2: Es jueves por la tarde y tú vas regresando de comer a tu trabajo, (si es que saliste a comer claro)……Te encuentras dispuesto a enfocar toda tu concentración en el reporte que acaba de pedir tu jefe, y que tienes que entregar hoy mismo. Te dispones a trabajar en tu reporte…… cuando de repente te viene a la mente que tienes que preparar una presentación de avance del proyecto que estas llevando de mejora, el cual no tienes actualizado…te detienes y piensas un poco... crees que te va a llevar mucho tiempo, porque es mucha información que procesar, y te preocupas, sin embargo no puedes hacer nada, porque urge el otro reporte, por lo que decides que luego pensaras como lo vas a hacer…
Continuas con tu reporte... y En eso recibes un correo para notificarte que se programó una junta para mañana para revisión de indicadores, lo cuales los tienes al día… mmm (bueno puede que no sea cierto...) te quedas pensando en eso otro rato, te vuelves a preocupar, porque no sabes si los vas a poder actualizar....en fin decides continuar con tu reporte... (Tiempo perdido ya 20 min).
En eso te percatas que llegaste muy rápido de comer y no recuerdas si cerraste bien el carro, sin embargo ya vas muy atrasado, y optas por no ir a checarlo, te apuras… o eso parece… porque sigues pensando en que te pueden abrir tu carro, sigues teniendo en la mente lo de la junta y la presentación y además, saliendo de trabajar tienes que ir a pagar la luz, porque se te olvido pagarla y ya te la van a cortar… piensas que no te va a dar tiempo…. Total, decides mejor ir a checar tu carro, y cuando regresas de nuevo a tu oficina… no puedes ser…1hr. y 20 min perdidos y tú no avanzaste nada, decides meterle turbo al asunto, pero te llama tu jefe….caray…. ¿ahora qué?...resulta que quiere que le reenvíes el reporte de merma que le enviaste la semana pasada, el cual borraste de tu correo porque ya estaba saturado, y no recuerdas en donde guardaste el respaldo, pierdes otros 30 min perdidos.
Cuando por fin encuentras el dichoso reporte y lo envías, te llama un cliente para quejarse que recibió un lote no conforme y para rematar, te avisan que hay problemas en la línea y necesitan apoyo...tú ya estas con el estrés al full y con un montón de pendientes en la cabeza y sin decidir qué hacer con ellos o cual atacar primero.... te sientes todo estresado, eso sí, estas en todo, menos en el reporte que te disponías hacer en un principio...¿Mmm… Te suena familiar?
Cuando queremos concentrarnos en una actividad, siempre habrá interrupciones en nuestro entorno externo, sin embargo son las auto interrupciones muchas veces las que no nos permiten mantener nuestra concentración, esto es porque parte de tu mente (la que está menos consciente) estará preocupada por todos esos pendientes o tareas incompletas de las cuales no hemos tomado una decisión, y no las hemos registrado en lo que llamaremos “un sistema de confianza externo”.
Podrás engañar a los demás, pero no a tu mente, pues esta sabe cuando confiar en ti y cuando no. Y cuando lo segundo sucede, sabe que debe recordarte que actividades están pendientes justamente en los momentos menos precisos, y tu mente te seguirá molestando hasta que tomes una decisión definitiva respecto a ellos.
Es ahí cuando tu mente no está aportando nada a tu productividad y/o a tu momento de relajación claro está. Es cierto que las tareas incompletas generan estrés hasta que sean gestionadas, y todos intentamos gestionar nuestros pendientes de una forma u otra.
Curiosamente lo que la mayoría usa para manejar sus tareas es su propia mente, y lógicamente al llenar la mente con pendientes, seguramente se te escaparan algunos, pues lo que sucede es que saturas tu memoria a corto plazo.
Entonces la Paradoja del estrés se presenta, cuando intentamos controlar todo con la mente para “aliviar el estrés” causado por el trabajo incompleto, y al no conseguirlo… te estresas más. Pues la memoria realmente no sirve para gestionar tareas
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