Revista Cultura y Ocio

La paranoia del Whatsapp

Publicado el 07 noviembre 2014 por Martaserrano @Uni_Actualidad

Ayer conocimos la noticia de la salida de una nueva y polémica actualización de esta famosa aplicación. La polémica está servida.

Entre las novedades que ofrece, está la aparición de un “doble tick azul” que nos indicaría que la persona a la que hemos enviado el mensaje, lo ha leído y, lo que es más, a qué hora lo ha hecho. Este servicio se amplía también a los grupos, donde podríamos llegar a sabe quién sí y quién no lo ha visto.

Con el avance que se había logrado en la versión anterior al impedir que otros pudieran conocer nuestra última hora de conexión… Ahora la empresa retrocede completamente y cambia su estrategia: minimizar la intimidad de unos y fomentar las paranoias controladoras de otros. No cabe menos que preguntarse a qué será debido este giro brusco que la empresa propietaria (ahora, facebook).Si se trata de crear adicción por estas tecnologías o si simplemente creen en la utilidad de sus nuevas aportaciones.

Creo firmemente que, en el futuro surgirán nuevas patologías mentales relacionadas con este tipo de sistemas de comunicación. La falsa sensación de control sobre lo que está haciendo el otro en todo momento pueden generar la creencia de que realmente tenemos derecho o que necesitamos saberlo, desarrollando una dependencia por nuestros móviles nunca antes vista. Y generando serios problemas de ansiedad ante su falta (sólo hay que imaginarlos el día que se los roben).

Me gustaría mentar aquí también ese episodio vivido hace unos años, cuando aún estos sistemas no estaban tan desarrollados y se puso de moda el “chat Black Berry”. Recuerdo un día en que su red cayó y los clientes no pudieron comunicarse entre ellos por unas horas. Ya por entonces, se habló de crisis de ansiedad que tuvieron que ser atendidas. Me pregunto ahora cuán loca se volvería la extensa población de usuarios del whatsapp si esto volviese a ocurrir… ¿Cuántos casos deberían ser revisados por médicos y psicólogos? ¿cuánto tiempo pasará hasta que el manual de psiquiatría incluya la adicción a las redes sociales como un trastorno más?

En definitiva, después de la serie de escándalos protagonizados por esta aplicación, y viendo cómo poco a poco va a afectando a nuestras vidas cotidianas y a nuestras mentes; empiezo a ver con buenos ojos aquella protesta que nos pide que lo dejemos de lado y que usemos en su lugar otras aplicaciones como el Telegram. O simplemente, que nos dejemos de aparatos y, por ejemplo, nos vayamos de cañas con la persona con la que tengamos algo que hablar.


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