Revista Pareja
Hace años, cuando comenzaba mi actividad como psicoanalista, siempre que atendía a una pareja en crisis, me sorprendía el diálogo de sordos que mantenían entre ellos. Con los años, estudiando y profundizando en el mundo de la pareja llegué a comprender que cuando una pareja no logra comunicarse o están todo el día discutiendo es porque no se están hablando entre ellos, sino que hablan y reprochan a los fantasmas familiares que cada uno tiene en su interior. Esto significa que toda pareja busca de manera inconsciente un modelo de pareja muy parecido al modelo de sus padres o en relación a la relación vivida con el padre y con la madre. Incluso siendo los padres un modelo poco ejemplar, también es fácil estar identificado a ellos inconscientemente. Tal es la influencia que toda persona recibe de sus padres que luego, en la pareja, es fácil repetir el modelo afectivo y emocional vivido. Por esto mismo, nos encontramos que muchas mujeres, repiten con el hombre la relación tempestuosa que tuvieron con su madre, o se buscan hombres alcohólicos o maltratadores como lo era el padre. En el caso del hombre, es fácil que busquen modelos de mujer parecidos a la madre y mantienen con ellas una relación de amor y odio como mantuvieron con su madre. Por lo tanto, la pareja siempre es ella y sus fantasmas familiares, circunstancia que les lleva a malentenderse, a discutir, a no tener comunicación entre ellos, porque realmente más que relacionarse entre ellos, se están relacionando con los modelos ideológicos de su padre y de su madre.