Revista Psicología

La parrêsía: el coraje ético de un verdadero decir

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
La parrêsía: el coraje ético de un verdadero decir

La metafísica griega fue determinante para nuestra relación filosófica con el ser; la ciencia griega fue determinante para nuestra relación racional con el mundo; la cultura grecorromana fue, creo, determinante para nuestra relación ética con nosotros mismos.

Foucault, M. ¿Qué es la crítica?

El analista es el hombre a quien se habla libremente. Está ahí para eso. ¿Qué quiere decir esto? (...) Nada más temible que decir algo que podría ser verdad. Porque podría llegar a serlo del todo, si lo fuese, y Dios sabe lo que sucede cuando algo, por ser verdad, no puede ya volver a entrar en la duda.

Lacan, J. La dirección de la cura y los principios de su poder

En el pensamiento teorético (cognoscitivo y crítico) ya no se comprueba la intervención de dicha regla [de la defensa]. Esto es comprensible, pues en el pensamiento intencional se trata de encontrar un camino cualquiera, pudiéndose descartar todos los que estén afectados de displacer, mientras que en el pensamiento teorético [crítico] habrán de ser explorados todos los caminos.

Freud, S. Proyecto de una psicología para neurólogos

La parrêsía es un antecedente fundamental para entender lo que llamamos pensamiento crítico en tanto representa una técnica de sí desprovista de ciertos rasgos cristianos esenciales como la dirección de conciencia. Aquí "el discípulo es esencialmente aquel que se calla, mientras que en el cristianismo, en la espiritualidad cristiana, el discípulo será aquel que tendrá que hablar."

Parrêsía "etimológicamente, significa decirlo todo." Pero "la parrêsía no es una obligación impuesta al discípulo, es una obligación, por el contrario, impuesta al maestro."

Si bien la definición dada coincide de alguna manera con la regla fundamental del psicoanálisis que es la "asociación libre", aquí se habla de algo que se impone del lado del Otro, es decir, del lado del "analista". Entonces, ¿existe alguna relación con lo que sucede en un psicoanálisis? Según Foucault, no se trata de que el parresiasta asocie libremente, sino de que enuncie "todo" lo atinente a la dimensión de la verdad del sujeto que pregunta, que quiere saber y es en ese punto donde, a mi entender, toca algo de la orientación de la clínica psicoanalítica:

... lo esencial de la función parresiástica será más bien señalar al sujeto cuál es su lugar en el mundo (...). El parresiasta en particular (...) es aquel que dice, en cada instante o cada vez que el otro lo necesita cuáles son los elementos que dependen de él y cuáles no dependen del sujeto.

Es decir, al igual que en un tratamiento analítico, no se trata de persuadir o de adular a quien demanda una ayuda desde la escucha, sino de devolverle -vía la puntuación del discurso en nuestro caso- algo del orden de su relación con lo real tal y como, por ejemplo, en el caso del hombre de las ratas Freud "empieza por introducir al paciente a una primera ubicación de su posición en lo real" o, yendo a otro ejemplo notable, "cuando obliga a Dora a comprobar que ese gran desorden del mundo de su padre, cuyos perjuicios son el objeto de su reclamo, ella misma ha hecho más que participar en él, que se había convertido en su engranaje y que no habría podido proseguirse sin su complacencia."

La parrêsía se opone a la adulación en tanto es un hablar franco. Antiguamente, la adulación era propia del vasallo, así como su complementario, la cólera, era específica del amo. En el marco de la relación parresiástica, la clemencia funcionaba como aquello que daba el marco para la posibilidad de que se diga,de que el "oprimido" se dirija con la verdad al "opresor" (el esclavo al Amo) quien, por un acto clemente, le dejaba tomar la palabra, lo cual implicaba advenir -al menos momentáneamente- sujeto político, sujeto de Derecho, ciudadano. Efectivamente, Foucault rescata como, por ejemplo, para Eurípides:

... la parrêsía es un derecho, es un derecho que está ligado a la ciudadanía. Quien no es ciudadano, (...), no puede hablar; sólo el ciudadano está habilitado para hacerlo, y este derecho de hablar se tiene por nacimiento.

O también, para Polibio, quien al hablar del régimen de los aqueos, señala que:

... la parrêsía es la posibilidad, parece que para todos, de acceder a la palabra, el derecho a la palabra para todos, la palabra determinante en el campo político, la palabra en tanto que es un acto de afirmación de sí mismo y de su opinión dentro del campo político.

Aquí la parrêsía aparece en su faz política, como toma de la palabra crítica que saca al sujeto del lugar de objeto o de esclavo. O sea, el pacto o compromiso parresíaco ya no tanto como obligación o deber sino como emergencia del derecho a decir la verdad, como apertura a un derecho político, de participación en la Polis. Ya en Platón, en tanto "posibilidad (...) de decir lo que se quiere", la parrêsía "aparece ahí, pues, como uno de los rasgos de esta ciudad democrática [que es la República]."

Por último, la parrêsía aparece como un aspecto esencial de todo "lazo social" vinculado al cuidado de sí. Platón hace intervenir a Sócrates en el Gorgias, quien dice:

Cuando un alma quiere ocuparse de sí misma, cuando quiere asegurarse esta epimeleia heautou que es fundamental, cuando quiere therapeuesthai, cuidarse de sí misma, necesita otra alma, y esta otra alma debe tener la parrêsía.

Es decir, no alcanza ni con la benevolencia del otro ni con su saber -aunque estos sean requisitos exigidos-. El cuidado de uno mismo es una práctica querequiere del otro, que exige la presencia de alguien, pero ese otro no puede ser cualquiera: debe tener la parrêsía. Ella no sólo representa -en la antigüedad- la impureza de un deseo de analizar que sortea la vergüenza y la timidez yoicas de quien encarna el lugar del analista para poder intervenir o la valentía política de ese decir verdadero que es el pensamiento crítico de la modernidad, sino también el coraje ético de un verdadero decir que persiste, que resiste, que debe sobrevivir aún en nuestro tiempo.

Ahora bien, ¿cuál es nuestro tiempo?


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