El basmati, la “joya de la corona” del arroz sudasiático, es muy apreciado por su fragante aroma, su largo y delgado grano y su sabor característico, se vende a precios muy elevados, tanto en los mercados nacionales como internacionales. En India, un millón de hectáreas, y tres cuartos de millón, en Paquistán, están plantadas con variedades de basmati. Cultivado por cientos de miles de pequeños campesinos, el arroz ha crecido durante siglos en ambos países, donde los agricultores han seleccionado y mantenido las variedades. Sólo en India, en 1998-99, las exportaciones de basmati ascendieron a 425 millones de dólares.
Arroz Basmati
En septiembre de 1997, Rice Tec Inc., una pequeña empresa de 120 empleados, con sede en Texas, EE.UU., ganó una controvertida patente estadounidense del arroz basmati. “La patente basmati de Rice Tec se ha convertido en un caso típico y muy conocido de biopiratería”, dice ETC Group, porque “la patente no sólo usurpa el nombre basmati, sino que también capitaliza el espíritu de los campesinos surasiáticos. La patente se refiere a cruces de cultivos con 22 variedades de basmati cultivados por los campesinos de Paquistán e India”. El avasallador alcance de la patente se extiende a variedades cultivadas en cualquier punto del hemisferio occidental (aunque la patente sólo es válida en EE.UU.).
En 1998, el gobierno indio nombró un comité de expertos técnicos para revisar la patente basmati. El comité recabó y revisó cerca de 1.500 páginas de información fundamental que sería la base para rechazar la patente Rice Tec, y en concreto para refutar la reivindicación de la empresa según la cual se trataba de una novedad. Según la patente, la invención de Rice Tec incluye el descubrimiento de que la textura probable del arroz cocido se puede predecir midiendo el “índice de almidón” del grano. Según K.R. Bhattacharya, ex jefe del Departament of Grain Science del Central Food Technological Research Institute, de Mysore, India, “la denominada relación entre el índice del almidón y la evolución del cocimiento del arroz es falsa y artificial; y eso es un claro indicio de estar deliberadamente dispuesto a crear una reivindicación patentable.”
Los críticos de la patente basmati argumentan que la utilización por parte de Rice Tec del nombre “basmati” es una desnaturalización, porque sólo el arroz cultivado en el norte de India y en Paquistán se pueden denominar así. El acuerdo de los ADPIC defiende los casos en que la calidad o la reputación de una mercancía es atribuible a su origen geográfico.
Impulsado por el desastre del basmati, el gobierno indio está preparando la introducción de la Geographical Indication of Goods’ Registration and Protection Act, que pretende proteger los bienes que se distinguen por su calidad o su rareza y establecer un registro nacional de esos artículos. Además del basmati, la legislación protegería otros productos únicos de origen indio, como el té Darjeeling, los mangos Alphonso, el pimiento Malabar o el cardamomo Alappuzha.
India, Suiza, la Unión Europea, la República Checa, Marruecos y otros países han defendido con vehemencia que se consolide y amplíe la protección de indicaciones geográficas para los productos agrícolas bajo el Artículo 23 de los ADPIC. Este artículo, que actualmente se aplica sólo a vinos y alcoholes, impide utilizar determinadas expresiones, como “clase”, “tipo” o “imitación”, que pueden confundir al público sobre el origen geográfico del producto.
“No es ético comercializar variedades de arroz, como el basmati Americano, obtenidas a partir del cruce de variantes enanas con arroz Basmati de India/Paquistán. Eso tiene la finalidad de anular las escasas oportunidades que tienen los países en desarrollo pobres para exportar sus productos agrícolas”, dice M.S. Swaminathan, uno de los principales expertos mundiales en arroz.
“La patente basmati se considera una irrazonable reivindicación de propiedad intelectual para una característica o una variedad de cultivo de un origen nacional distinto”, declara Gordon Conway, presidente de la Fundación Rockefeller, con sede en EE.UU., que en los últimos 15 años ha invertido más de 100 millones de dólares en investigación biotecnológica de plantas, principalmente de arroz.
En su código de prácticas para el arroz, la Grain and Feed Trade Association, del Reino Unido, uno de los principales importadores mundiales de arroz basmati, también concluye que el arroz basmati “sólo se deber referir al grano de arroz largo cultivado en India o Paquistán”. De modo parecido, Arabia Saudí “sólo permite que se venda como arroz basmati el que procede de la India“. En 1994, Arabia Saudí absorvió el 68% de las exportaciones de basmati de India.
“Es ofensivo e inaceptable para el espíritu del milenio que lo usurpe una empresa de EE.UU. La patente Rice Tec atenta contra los derechos y los recursos de los campesinos surasiáticos, y se debería anular”, afirma ETC Group.
Fuente: EL COMERCIO DEL HAMBRE, El precio que pagan los pobres por el comercio libre (JONH MADELEY)
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