Por Diego Nicolás Carrizo
Después de volver con las manos vacías de un Mundial que nos dejó más sinsabores que nunca, la realidad de nuestro fútbol nos muestra dónde estamos parados a nivel selección y a nivel clubes. Desde hace mucho tiempo no se vivía una crísis institucional-deportiva tan grande y por ello, no cabe dudas, sabemos a quiénes tenemos que endilgar semejante irresponsabilidad.
Son varios los interrogantes que deparan el destino del fútbol argentino:
¿Por qué siguen los campeonatos cortos?. ¿Por qué sigue Maradona en la selección?. ¿Por qué festejamos un quinto puesto?. ¿Quién o quiénes son los responsables de que se trabaje mal en divisiones inferiores?. ¿Cómo se financian los clubes?. ¿Cómo se financian las barras?. ¿Cuál es el rol de la justicia?. ¿Por qué sigue Julio Grondona cómo Presidente de AFA?. Infinidades de preguntas que abundan sin respuestas claras.
Quizás el camino podríamos allanarlo a través de las respuestas que nos dan algunas organizaciones no gubernamentales. Una de ellas, Salvémos Al Fútbol, es una asociación civil que pelea contra la impunidad y la corrupción de este "gran circo" llamado fútbol argentino.
Desde allí se plantean reales consensos que agrupa a los verdaderos aficionados, aquellos que pugnan por la justicia y la verdad ante la excesiva tolerancia de un Estado copartícipe a todos los males de nuestro fútbol.
El mismo Estado al que sólo le importa los réditos económicos de un círculo vicioso poderoso.
'Fútbol para todos', fútbol codificado, PRODE bancarizado y demás decisiones administrativas entre "gallos y medianoche" que han provocado el abrupto descenso de las instituciones deportivas argentinas. Ni hablar de aquéllos clubes de las provincias que pagan caro por el sólo hecho de estar ajenos a la coyuntura porteña.
Así como desde antaños el macronegocio pasaba en manos de un monopolio de medios, hoy en día pasa en manos de funcionarios prontuariados, que en vez de investigar a los principales responsables de esta catástrofe, se encolumnan a ellos.
La estructura arcaica de las entidades deportivas sólo demostró inoperancia y serios problemas económicos en el marco institucional. Buscándo nuevos horizontes, algunos clubes han decidido cambiar su personaría jurídica, terminándo con la falacia de la asociación sin fines de lucro para pasar a ser entidades privatizadas. Pero cuándo uno habla de privatización no pretende ser liberal, sino de asegurar un órden financiero de forma prolija con estatutos rígidos. Como en Europa.
No sólo los problemas vienen por el costado institucional ya que a nivel deportivo el déficit es abominable. Desde hace un tiempo "la fabrica de talentos" dejó de funcionar, los planteos son mediocres y muy afectados al cortoplasismo. Es por ello que las etapas se queman y los clubes se quiebran.
¿Por qué se juega tan mal?. ¿Por qué no existen procesos a largo plazo?. Respuestas que uno debe buscar en la maraña a la que incurrimos cada fecha del campeonato local.
Por eso, es tiempo de dejar de ser tan indulgentes como "hinchas", para empezar a cambiar las cosas como personas.