Emperador Tito
Pasados algunos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo. Como se entretuvieron allí varios días, Festo le presentó al rey el caso de Pablo.En este fragmento de los Hechos de los Apóstoles del Nuevo Testamento, aparece un rey, Agripa II y una reina, su hermana Berenice, a punto de escuchar el testimonio de Pablo acusado y amenazado por los judíos. Este es uno de los pocos testimonios que nos ha llegado de Berenice. Sabemos por él que gobernó junto a su hermano, hecho que hizo que historiadores como Flavio Josefo, quien no tenía en gran estima a Berenice, la acusaran de incesto con su propio hermano. Fuera verdad o no, lo cierto es que Berenice de Judea reinó sobre una parte del Imperio Romano y tuvo varias relaciones amorosas, entre ellas un emperador. Algunos la apodaron la “Pequeña Cleopatra”.
Los matrimonios de la reina de Judea Julia Berenice nació alrededor del año 28 de nuestra era en el seno de la dinastía herodiana, que había gobernado durante décadas la provincia romana de Judea. Era la quinta hija del rey Herodes Agripa I y bisnieta de Herodes el Grande.
Era aún muy joven cuando Berenice fue entregada en matrimonio a Marcus Julius Alexander, miembro de una importante familia judía. En el año 44, sin apenas haber cumplido los 20 años, Berenice quedaba viuda y su padre la volvía a casar, esta vez con su tío, Herodes de Calcis. Después de tener dos hijos de su segundo esposo, quedó viuda de nuevo, alrededor del año 50. Berenice volvió a casarse por tercera vez, en esta ocasión con Polemo, rey de Cilicia. El matrimonio no funcionó y terminó en divorcio.
Después de tres matrimonios fallidos, Berenice decidió permanecer como reina al lado de su hermano, Herodes Agripa II. Fue este hecho el que utilizó el historiador Flavio Josefo para difundir un supuesto incesto entre los hermanos, hecho que nunca ha podido probarse. Soñando con el imperio En el año 66, los ejércitos romanos, al mando de Vespasiano, arribaron a Judea para sofocar una peligrosa rebelión. El general al mando de tres legiones iba acompañado de su hijo Tito, quien permaneció en la zona cuando su padre tuvo que volver a Roma para ser nombrado emperador. Por aquel entonces, Berenice tenía alrededor de 41 años, hecho que no fue impedimento para enamorarse de un joven Tito de tan sólo 28. Tras sofocar con dureza la revuelta, Tito regresó a Roma acompañado de su nueva amante, Berenice.
Fue entonces cuando la bella reina de Judea quiso casarse con Tito y esperar convertirse en emperatriz de Roma cuando su esposo consiguiera el título imperial. Pero el pueblo de Roma no aceptó nunca esa relación y mucho menos a Berenice, una reina extranjera, como posible esposa de su emperador. Tito sucumbió a las presiones y tras ser nombrado emperador el año 79, la bella y despechada amante fue enviada de vuelta a Judea. A partir de ahí nada se sabe de una reina que gobernó sobre los judíos y soñó en vano con convertirse en emperatriz de los romanos. Si quieres leer sobre ella
Berenice, la hija de Agripa, Howard Fast Women in the Ancient World, Joyce E. Salisbury