Es normal que el perro se agobie mientras nos alejamos o desaparecemos de su vista: es duro permanecer quieto mientras su amado dueño se aleja. Como animal social que es, el perro tiende a evitar la separación. Por eso, hay que asociar al ejercicio un estado emocional tranquilo y seguro.
La mayoría de fallos y correcciones a los perros durante la enseñanza de la permanencia en quieto son por levantarse para ir hacia su dueño/guía. Para evitarlos aquí tenéis estos consejos:
1. La distancia: debemos empezar a trabajar el ejercicio completo sin alejarnos demasiado, a unos tres o cuatro metros. De esta forma, el perro podrá aprender a sentirse seguro y no activaremos su estado de alerta que haría que se levantase. Cuando el perro se sienta emocionalmente tranquilo y seguro podremos ir aumentando la distancia progresivamente.
2. La conexión sensorial con el perro: es difícil y estresante para el perro que nos mostremos desconectados. La mejor forma de empezar a construir el aprendizaje es alejarnos y volver manteniendo la mirada y la atención sobre el perro de manera continua. Una vez que esto está construido, nos daremos la vuelta rompiendo el contacto visual pero manteniendo una conexión verbal diciéndole MUY BIEN. Más adelante haremos desaparecer esta conexión oral, pero ya el perro habrá superado el escollo de darnos la vuelta y de no mirarnos.
3. La forma de desaparecer de la vista del perro y aumento del tiempo: para que la permanencia en quieto nos sea funcional, nos debe permitir desaparecer del campo visual del perro. Una cosa es quedarse quieto sin que el dueño le preste atención, la presencia de éste le tranquiliza; y otra cosa es que desaparezca de su vista, para el perro es natural venir a buscarnos. Los perros son capaces de hacer representaciones mentales sobre dónde están o estarán las cosas (y las personas) aunque no los vean. Para aportar calma al perro la mejor manera de iniciar nuestra desaparición es pasando por detrás de un objeto vertical de poca anchura, como puede ser un árbol. Ya que el perro es capaz de proyectar mentalmente que estamos detrás del árbol y junto con la expectativa de nuestra salida, permiten al perro estar tranquilo y aumentar de forma progresiva nuestra desaparición. Errores comunes que se cometen y que hay que evitar:
- Llamar al perro a distancia: si trabajamos la permanencia y rompemos el ejercicio desde la distancia, el perro buscará en todo momento señales que le indiquen que se puede levantar, lo que no le dejará estar tranquilo y podrá confundirse con cualquier señal que hagamos. Lo que se debe hacer es volver siempre a su lado para darle una señal de liberación y poder recompensarle. Así, el perro podrá relajarse mientras estemos lejos ya que aprenderá que hasta que volvamos no tiene que estar atento a nada más.
- Iniciar las desapariciones rodeando esquinas de edificios u otros obstáculos que no permitan al perro proyectar dónde estamos: si hacemos esto, activaremos el estado de alerta del perro y se levantará a buscarnos. Sólo cuando el perro sepa que podemos estar fuera de su vista y tardar un tiempo en aparecer, podremos incluir otro tipo de obstáculos.
¿Te ha gustado lo que has leído? Introduce un comentario y comparte el artículo. Además, te invito a que seas seguidor del blog.