

Se tiene ya a la persona, pero ahora hace falta debatir y encauzar el programa que la ONU deberá acometer en los próximos años. Habemus nuevo secretario general pero hace falta ahora dar un giro de timón decisivo para transformar a la ONU y ponerla a la altura de las circunstancias del mundo de hoy. No podemos pensar en que las cosas transcurran sin emprender reformas. No es posible proseguir con un bussiness as usual que haría del Sistema de las Naciones Unidas un aparato crecientemente obsoleto, pesado e irrelevante.Toca a las naciones apoyar la transformación de lo que ellas mismos crearon hace siete décadas para evitar que el mundo cayera en una nueva conflagración universalHay que delinear una agenda de cambio que produzca un aggiornamentode la ONU de manera que el sistema se reposicione en un mundo que demanda cambios profundos. El nuevo secretario general tendrá que emprender esta gran campaña transformadora pero no puede hacerlo solo. Debe guiarla y tratar de viabilizaría construyendo proactivamente los consensos necesarios. Pero tocara también a los Estados miembros respaldarlo y mostrar su voluntad de cambio. Sin ellos no será posible avanzar en la tan necesaria agenda de transformación del marco de actuación multilateral que debe garantizar la paz y la seguridad. Como diría Cervantes en el ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, el caballero no puede ir más aprisa que la cabalgadura.

- Enfrentar los desafíos de la universalidad que están implícitos en los ODS para el 2030. La agenda aprobada en 2015 no es solamente una agenda para los países pobres. Esta referida a todos los países, en distintos grados de desarrollo, y entraña compromisos para todos. Esto demanda acciones por parte de todos con beneficios para todos. El tema de fondo es llevar al sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo (organismos, fondos y agencias) más allá del paradigma de la ayuda al desarrollo y privilegiar la acción colectiva
- Definir prioridades para la acción colectiva del sistema de las Naciones Unidas. No se trata de que la ONU trate de hacer todo en todas partes. Seria irreal e irresponsable pensar que el Sistema de las Naciones Unidas dará respuesta al amplio
espectro de la agenda de los ODS para el 2030. Habrá que ser selectivos y concentrar las tareas en unas cuantas prioridades estratégicas con altas externalidades positivas.
- Articular mejor las actuaciones de los tres pilares de la ONU: la acción humanitaria, la cooperación para el desarrollo y la consolidación de la paz y la seguridad mundiales. En la actualidad los tres pilares tienden a operan en forma de silos, no están debidamente interconectados, generan duplicaciones y en ocasiones suponen líneas de acción encontradas
- Promover la consolidación de bienes públicos globales. Esto resulta vital para catalizar las transformaciones que se requieren para alcanzar los ODS, especialmente en lo que se refiere a la erradicación de la pobreza, a la reducción de inequidades, a la protección ambiental y al preservar y proteger los derechos humanos y los derechos sociales fundamentales en una economía y una sociedad globalizadas. Hay que potenciar el desarrollo de estos bienes públicos globales y el acceso universal a sus beneficios. Supone una financiación colectiva de acciones conjuntas para objetivos de interés común. Abarca la seguridad y la paz, la estabilidad climática, la seguridad en materia de salud, las normas y estándares mundiales, las plataformas comunes de conocimiento y los derechos humanos fundamentales entre otros.
- Racionalizar la arquitectura del sistema de las Naciones Unidas. Eliminar la incoordinación y la duplicación de acciones entre organismos y agencias. Alentar un espíritu de colaboración y complementariedad más que de competencia. Racionalizar los mandatos superpuestos. Ajustar las expectativas generadas a los recursos disponibles. Descontinuar las acciones superfluas, redundantes y obsoletas. Concentrar las intervenciones en un grupo de problemas prioritarios bien identificados que requieren las acciones conjuntas de las distintas partes del sistema
- Dar paso a nuevas formas de trabajo. Eliminar las ineficiencias y los modelos de gestión obsoletos. Privilegiar la relevancia de las actuaciones. Definir en qué países se requiere una presencia permanente y con qué modalidades, especialmente en países de renta media donde la presencia puede ser racionalizada. El futuro del sistema a nivel de los países pasa por la construcción de capacidades nacionales y por servir de puente en los procesos de conocimiento que contribuyan a la formulación y puesta en marcha de políticas y estrategias con impacto para alcanzar los ODSs para el 2030. Hay que construir complementariedades con los organismos de integración regional y no perpetuar un modelo cuasi bilateral y muy balcanizado para un sistema multilateral que debería operar de manera más integrada.
- Actuar como una fuerza ordenadora y catalizadora de la ayuda oficial al desarrollo (ODA). Esto es primordial para lograr avances en la consecución de los ODSs 2030. Para los países de menor renta esto será fundamental para rencauzar los flujos internos de financiación para el desarrollo. De nuevo habrá que hacer todo esto con una perspectiva universal de la agenda para el desarrollo sostenible para el 2030. Además, habrá que alinear estos procesos con el desarrollo de bienes públicos globales
- Intensificar las acciones para la resolución de conflictos, para la respuesta a los refugiados y para la asistencia humanitaria. Hay una necesidad ingente de acción decisiva en materia de prevención y resolución de conflictos. Hay un espacio importante que puede ser aprovechado para mejorar las acciones de integración efectiva de las actuaciones en situaciones de fragilidad, crisis, conflicto y post conflicto. Se requieren acciones más unificadas del Sistema de Naciones Unidas en estos escenarios congregando esfuerzos humanitarios, de recuperación, de consolidación de la paz y de construcción de la paz y resolución de conflictos.
- Replantearse la gobernanza de la ONU. Desarrollar mecanismos más incluyentes que representen mejor las perspectivas de los actores que juegan un papel en la acción global de interés
público en apoyo del desarrollo sostenible, especialmente de la sociedad civil. Superar la fragmentación, los mandatos verticales y las gobernanzas paralelas y construir procesos horizontales que puedan apuntalar una meta-gobernanza que rija los procesos transversales de los que debe ocuparse el sistema promoviendo acciones coherentes y convergentes.
- Potenciar la rendición de cuentas basada en resultados. Prestar mayor atención a la definición de lo que el aparato de Naciones Unidas debe producir y al impacto que ello debe generar, especialmente a nivel de país. Trascender el actual énfasis en la ejecución de proyectos y actividades que muchas veces sustituyen o duplican las capacidades nacionales, para centrarse más en el apoyo a la formulación de políticas y en el fortalecimiento de las capacidades institucionales .Ir más allá de la rendición de cuentas a los gobiernos y centrarse más en procesos multidimensionales de rendición de cuentas a las personas.


Hay que felicitar a los portugueses y felicitarse por el hecho de que este significado político pueda trabajar en la dificilísima, casi imposible, tarea de ir rehaciendo la paz en el mundo y de erradicar las desgracias y miserias. No fui en su día demasiado partidario de Guterres, quien me pareció demasiado sectarista en el gobierno de Portugal, con más ineficacias que otra cosa, pero ahora, después de que en sus cometido en ACNUR (el Alto Comisionado para los Refugiados) haya concitado la general aprobación, hay que pensar que probablemente la dimensión de este hombre es mucho mayor y mejor en los ámbitos supranacionales. Deseo fervientemente que desde el nombramiento de Guterres el mundo vaya estabilizándose y mejorando de su mano, y especialmente felicito al pueblo portugués porque sigue siendo vivero de figuras internacionales. Habría que recordar a estos politiquillos que venimos soportando en esta España nuestra, tan marrulleros, falaces y egoístas, que el desprendimiento y la generosidad en el servicio al bien común son las claves para que una nación siga navegando por los mares de la paz y del progreso. Ojalá el ejemplo de Portugal y de Guterres se pueda aplicar a los infumables Sánchez, Luena, Iceta y demás corte de especuladores políticos, sin olvidar a los podemitas, el “coletas”, el “niño de las gafitas” y el amo del “monedero”, más la ristra de “chorizos” que en toda España y en Andalucía vienen sirviéndose de la banca y de las ayudas públicas para engordar sus faltriqueras. Querido amigo Zé Mendes Gomes: que tus delicadezas en las interpretaciones pianísticas sirvan para templar las mentes que van a dirigir a tu país, tu Portugal, y al mundo. Moita e boa saúde!!! E até breve!!!SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA
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