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“LA PIEL DEL CAMALEÓN” de Yolanda Regidor

Publicado el 26 febrero 2023 por Marianleemaslibros
“LA PIEL DEL CAMALEÓN” de Yolanda Regidor
"Es muy doloroso empezar a respirar, darte cuenta de sopetón del egoísmo de tus padres, que no es que quisieran lo mejor para ti, sino para ellos, para sentirse bien ellos; ser consciente de lo superficial de las relaciones que creías firmes, de que convives con la envidia, el interés y el desapego de tus compañeras, de que entre los que creías tus amigos hay, en el mejor de los casos un reprimido homosexual que no tiene huevos de decírtelo y un jodido yonqui que no se hundirá solo, y en el peor, una rata infame, un miserable en el que confiabas y...
En fin, que nadie es cómo crees, y cuando haces notar que lo sabes, todos empiezan a rechazarte. Duele abrir los ojos, pero luego es genial poder reconocer por instinto a quien merece la pena, a quien estás de alguna manera conectada quién sabe por qué y desde cuándo."

“LA PIEL DEL CAMALEÓN” de Yolanda RegidorVuelvo a Yolanda Regidor (Cáceres, 1970), una de mis autoras preferidas. Esta es la tercera novela que leo suya y por supuesto que no será la última. Por desgracia, de las publicadas, ya solo me queda pendiente “La espina del gato”. Por eso, espero, esperemos que no tarde en regalarnos otra de sus magníficas obras. “La piel del camaleón” se publicó en 2012 y fue su primera novela.
Esta vez voy a contaros poco sobre el argumento, porque pienso que es mejor meterse en la historia sin saber mucho, descubrirla por uno mismo, de hecho, os recomiendo no leer la sinopsis oficial, abordar la trama solo con estas pequeñas pinceladas que os voy a dejar.
La trama a grandes rasgos sin spoiler
Ambientada en la ciudad de Salamanca en la década de los noventa, “La piel del camaleón” cuenta la historia de Lucky (Lucrecia), una estudiante de Bellas artes que vive con Sara y María, sus dos compañeras de piso. Lucky sufre un terrible, desgraciado e inesperado percance que le cambia la vida y se la deja hecho añicos, un percance a partir del cual ya nunca podrá volver a ser la chica que algún día fue. No le cuenta a nadie lo que le ha pasado, lo mantiene en secreto, porque le da vergüenza que todos se enteren, pero también porque iba hasta arriba de alcohol y de drogas y tiene muchos lapsus de memoria, no está completamente segura de que “eso” le pasara a ella, ni del cómo, ni del porqué. 
Todo ha sido una paranoia. Todo lo vivido en los últimos meses ha sido falso. Pero era tan real. ¡Madre mía, qué jodida ha estado de la cabeza! Debieron meterle algo aquella noche con Guille, o simplemente se le fue la olla por el alcohol y soñó esa cosa tan terrible. Se llama delirium tremens. 

Pero Lucky se siente hundida, deprimida, incapaz de remontar y muy consciente de que no es esa la vida que quiere vivir. Solo encuentra una solución a sus problemas, empezar de cero resurgiendo como el ave fénix. Una idea fija que no tarda en consumar.
Su vida había transcurrido sin ser consciente del cómo, sin querer ella que fuese de esa forma. Solo ahora caía en la cuenta de ello, de que su existencia era una película de mal gusto. ¿Cómo reparar eso? Imposible. No hay solución. Solo hay una vida, solo un cuerpo para vivirla toda. Sentía verdadera claustrofobia; estaba atrapada. La desazón se apoderó de ella. El corazón le latía tan fuerte que creyó que iba a sufrir un infarto. ¡Claro! Esa es la salida, qué tonta. Lucrecia, por fin, se tranquilizó. Ha tomado una decisión, y sabe que es la correcta porque es la única; así no hay quien se equivoque. Está segura de que la sacará de ese infierno. De hecho, ya solo la idea la sosiega.

Y en esa fatal decisión y en todo lo que arrastra después, entra Robert en acción, el “rarito”, el vecino buenorro de Lucrecia, que jugará un papel decisivo en el intento de su “renacer”.
Los puntos fuertes de la novela
Los personajes: en “La piel del camaleón” no hay dos, sino tres protagonistas fantásticos, personajes con sus tres tristes vidas pasadas y presentes, que se encuentran porque el azar así lo quiere, porque el destino a a veces te pone delante como por arte de magia, a las personas que necesitas para sacar fuerzas, para ayudarte con el peso de la vida. Personajes muy humanos, completamente creíbles, de los que te encariñas, con los que sufres y empatizas, y los tres tienen sus capítulos en los que cuentan las cosas desde su perspectiva, sabemos lo que piensan y porqué actúan como actúan.
Lucrecia es una chica frágil, vapuleada, que para seguir adelante siente la necesidad de comportarse como los camaleones, de mimetizarse con el entorno y con los que la rodean para pasar desapercibida, no destacar en nada. Fácil de conseguir, sí, pero todo ello a costa de no vivir, de estar muerta en vida.
¿Aún hay esperanza para ella? ¿Podría conseguir el antídoto a esa maldición? ¿Es posible todavía que no esté condenada a esa, insoportable ya, tarea de esconderse, de parecerse, por cojones, a lo que la rodea? Porque sabe que no lo soportará durante mucho tiempo. No puede seguir utilizando ese truco de supervivencia, ese engaño cobarde y ruin que hasta hace poco era simple y llana buena educación, saber estar. De nada ha servido ese cuento de volver a nacer. Menuda patochada. Nunca estará a gusto con ella misma. Así que lo mejor que puede hacer es mimetizarse de nuevo, a ver si esta vez lo hace mejor.

Robert, el vecino, es un buen chico muy necesitado de amor, del amor que nunca tuvo por parte de su madre que los abandonó cuando era pequeño, ni de su padre adoptivo, del que está muy distanciado y se desentendió de él. Su camino se cruza con el de Lucrecia, se enamora de ella y cuando esta se aleja sin motivos aparentes, se siente perdido, no sabe qué hacer con su vida. Pero es que Robert no lo sabe todo, no sabe porque le ocurrió lo que le ocurrió a Lucrecia, ni se lo huele, ni se lo imagina. 
● Y también está Mariángeles, la camarera del Bar Alonso, la hija del dueño del local (el Alonso) que hay al lado del portal de Sara, María, Lucky y Robert, que malvive acosada y maltratada física y psicológicamente por su padre. La Alonsina, que así es como la conoce todo el mundo, sueña con escapar lejos y le gustaría parecerse a Lucrecia, ser como ella, ser como esa chica que ha estado algunas veces en el bar, pero que apenas conoce aunque no puede evitar idealizar, su idílica heroína.
● Hay algún que otro personaje mas, alguno importante como Guille, el gran amigo de Lucrecia que está enamorado en secreto de ella desde hace tiempo, que no se atreve a decírselo, hasta que un día saca fuerzas y se lo suelta. Guille tiene un importante peso en la trama, no en número de páginas ni en capítulos dedicados a él, pero siempre está ahí de fondo, presente aunque no se le nombre. 
Detalles comunes en sus novelas, temas interesantes, recurrentes y reincidentes en los tres libros suyos que he leído hasta ahora: 
Yolanda Regidor suele escribir novelas duras, no exentas de cierta violencia, aunque nunca en grandes dosis, no son ni tremendamente duras, ni tremendamente violentas o sangrientas, no. Pero algo de todo eso, siempre haberlo haylo. Y esta no es la excepción, aquí también hay algún que otro acto extremo de los que te dejan los ojos como platos, preguntándote, ¿en serio esto ha pasado? 
Solo llega la paz cuando ha habido contienda previa. Solo llegará a ese estado de calma si antes hay conflicto. Urge un enfrentamiento, una batalla para poder llegar a una situación de paz. Necesita sosegar su alma y hará lo que sea necesario para conseguirlo.

También suele crear personajes carentes de afectividad, a falta de cariño que se buscan, que se necesitan, protagonistas con infancias infelices, padres y madres que desprecian a los hijos, hijos abandonados por uno o por los dos progenitores, o maltratados o “no bien” tratados por ellos. Y siempre encontramos distintas formas de dependencia emocional, entre amigos, o entre las parejas, y por supuesto, desengaños amorosos no superados. 
● En sus argumentos además destaca siempre el instinto de supervivencia, y el miedo a la soledad, y hacen acto de presencia en cierta forma las drogas, el alcohol y sus mezclas, y los estragos que ocasionan en la mente, en la voluntad de las personas, en los actos a veces irremediables a los que pueden inducir. En este caso, en “La piel del camaleón” yo diría que ese el eje sobre el que todo pivota, la causa de la mayor parte de los males que se sufren. Y hay traiciones y crueles venganzas. 
La música ochentera está muy presente en la obra, eso para mi ha sido un aliciente mas. Se nombra a los Cuarenta principales y canciones de Sabina, Roxette, The Who, Milli Vanilli y U2.
✔ Ya he hablado otras veces de la prosa de la autora, no me voy a repetir, solo recordar que es maravillosa, de las de degustar con calma, que escribe muy bien y sus temas, siempre consiguen engancharme. 
Dulce apatía. Nadie sabe lo que es hasta que no la disfruta, nadie la puede disfrutar hasta que no la tiene, nadie la tiene hasta que no la necesita. Es como cuando te duele una muela y por fin te hace efecto una medicina. Resulta realmente placentero. Lo único que temes es que vuelva el dolor, pero ahora ya sabes lo que tienes que hacer, conoces el remedio, las pastillas que te hacen efecto, las que te hacen insensible. Y llega el momento en el que ya no existen emociones reales, no hay un afecto sincero. No hay verdadera reacción, solo es simulada; la respiración y el pulso ni se inmutan. Y esa es la manera. Solo así, estando en esa especie de limbo, Mariángeles puede pasar por la vida, sin gloria, sí, pero también sin pena.

El final es bueno, me ha gustado y aunque el desenlace tiene su lado muy crudo, también tiene su lado tierno. No es que sea un final feelgood, para nada, pero no me ha dejado en general mal sabor de boca. Además es de esos que te dejan días dándole vueltas y vueltas a la historia en mi cabeza.
Resumiendo: “La piel del camaleón” , no va a ser mi novela preferida de Yolanda Regidor, pero estoy muy satisfecha de haberla leído. Me ha gustado mucho, pero menos que las otras dos (Mi preferida de momento, sigue siendo “La última cabaña”). Lo que me ha resultado más interesante y satisfactorio de esta lectura, ha sido constatar su evolución, parece que últimamente le estoy cogiendo el gusto a eso de leer los comienzos de autores y autoras que me parecen especiales. Me encanta comprobar ese “apunte de maneras” y comparar.
Porque las palabras lo pervierten todo con sus múltiples maneras. Demasiadas formas de interpretar, nadie las asimila de igual modo. Es demasiado complicado hablar sin tullir, escuchar sin resultar lisiado.

¿Os recomiendo leer esta novela? por supuesto, mas que eso, os recomiendo leer a la autora, porque es bastante desconocida y hay que conocerla, os animo a descubrirla. Porque escribe muy bien, porque los temas de sus tramas son interesantes y al menos a mi siempre consiguen engancharme. Esta es de las que hasta ahora, nunca me ha fallado.
Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente:
“LA PIEL DEL CAMALEÓN” de Yolanda Regidor

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