Revista Viajes

La Plaça Sant Pere de Barcelona

Por Lolagarcia46

Este post ha sido escrito por Alba como artículo invitado. Esta apasionada de Barcelona nos da otro punto de vista de la Ciudad Condal en su blog http://labcnquemegusta.blogspot.com.es y, por un día, en turismo-barcelona.info.

Barcelona, como muchas otras ciudades, esconde mucho más de lo que realmente nos podemos imaginar y ver a simple vista. Un sinfín de rincones, secretos y escondrijos esperan a ser descubiertos por los transeúntes curiosos que se patean cada una de las calles y plazas de la ciudad.

Uno de ellos es la Plaça de St. Pere. Localizada en el barrio de St. Pere, en la misma frontera entre el Barri Gòtic y l’Eixample, dos barrios cuyo punto de unión es la calle Méndez Núñez, recibe su nombre a razón de la iglesia que podemos encontrar en ella, la iglesia de St. Pere de les Puel·les.

Se trata de un antiguo monasterio benedictino gótico, del cual sólo se conserva su iglesia, que da un marcado encanto, tanto a la plaza como al barrio en el que se localiza, convirtiendo el lugar en uno de los más típicos y con un mayor carácter de barrio de Barcelona. De esta manera, como si de un oasis se tratara, en la Plaça de St. Pere podremos evadirnos de los sonidos de la gran ciudad, trasladándonos a otra época y alejándonos de los problemas y elementos de nuestro día a día.

En dicha plaza, además, podemos encontrar otro elemento que no todos los barceloneses conocen. Se trata de una obra de Antoni Gaudí: la fuente que encontramos en el centro de la plaza la cual, de marcado estilo neogótico, se englobaría entre las obras más primerizas del arquitecto y artista.

Por otro lado, destacar también dos locales que ayudan a cerrar el conjunto con un mayor sabor. En primer lugar, encontraríamos el restaurante La Candela, cuya terraza en verano es una de las más cómodas y embriagadoras de la ciudad, destacando además cada una de las exquisiteces que podemos degustar en ella.

Un segundo local sería Santa Piadina, ideal para degustar piadinas (típico plato italiano) de todos los sabores y texturas, tanto para llevar como para comer in situ en la pequeña barra que podemos encontrar en su interior.

¿Y en los alrededores de la plaza qué podemos encontrar?

A pesar que la Plaça de St. Pere sea la que da nombre al barrio en el que se ubica, lo que nos podría llevar a pensar que se trata del centro neurálgico de la zona, en sus alrededores podemos encontrar otros núcleos igualmente bellos y encantadores.

Uno de ellos, localizada unas calles más abajo, sería la Plaça St. Agustí Vell, con los portales que tanto la caracterizan y las terrazas de los dos bares, ambos igual de emblemáticos y conocidos, que encontramos en ella. Esta plaza nos daría acceso al carrer Calders, una de las calles más transitadas y comerciales del barrio, bohemio y “chic”, del Born que desembocaría en la reconocida Plaça de la Llana, rincón con reminiscencias góticas e igual de bella que las anteriormente citadas.

Otro punto a destacar sería el Convent de Sant Agustí, de estilo gótico. Actualmente ya no conserva la función religiosa que lo caracterizaba pero, sin embargo, es precisamente en ello que recae su importancia ya que en él se llevan a cabo distintos tipos de eventos, tales como mercadillos, talleres diversos o exposiciones, los cuales, mezclados con la historia de sus paredes, nos permiten vivir una experiencia realmente única. En definitiva, un verdadero núcleo de la vida asociativa del barrio. En su claustro, además, podéis encontrar una pequeña cafetería en la que podréis volver a ese pasado que caracterizó al convento.

Un poco antes, sin embargo, os recomiendo pasear por la calle St. Pere més Baix, el eje por excelencia más popular del barrio en el que podremos encontrar todo tipo de tiendas típicas de barrio y de ultramarinos, así como también, en su parte final, el Mercat de Sta. Caterina, un mercado que aúna la modernidad (se trata de una obra de Enric Miralles y de Benedetta Tagliabue) y la tradicionalidad de sus paradas de enseres.

¿Y dónde puedo endulzar mi paseo?

En el barrio podemos encontrar dos lugares en los que hay que entrar sí o sí. En primer lugar, en la calle Portal Nou, encontramos Lolita Bakery, un pequeño local en el que degustar cupcakes, pasteles y otros dulces varios, y, por otro lado, la Pastisseria Tarraco, una pastelería de toda la vida, ubicada en la calle St. Pere més Baix, cuyo escaparate nos llama a entrar cada vez que pasamos por él dadas las exquisiteces que podemos encontrar expuestas.

En definitiva y ya para concluir, destacar que el barrio de St. Pere es una zona de Barcelona que invita a pasear y a perderse por sus calles. Así, pues, os recomiendo dejaros llevar por vuestras propias piernas, sin ningún tipo de rumbo fijo, para saborear y degustar cada uno de sus rincones y, especialmente, el carácter de barrio que os comentábamos en unas líneas anteriores.

¡Os aseguro que no os defraudará!


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