La playa de Ipanema, Río de Janeiro, Brasil

En 1960 dos músicos callejeros, Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes, compusieron una canción sobre una chica guapa de la playa de Ipanema, en Río de Janeiro; jamas hubieran imaginado que convertirían esta franja de arena en un santuario ligado al carácter de carioca, como acabó sucediendo.

Las 23 playas de Río de Janeiro forman una extensión de arena blanca de 75 kilómetros, y por tanto hay opciones para todo tipo de bañistas y viajeros, pero esto no quita que la cala más famosa, a distancia, sea la playa de Ipanema. Sofisticada, exclusiva y con chicas esculturales con tangas que cubren poco mas que las malas ideas, un reclamo ideal para turistas de medio mundo. La playa de Ipanema bordea los barrios de clase alta de la ciudad, y es la preferida de los cariocas mas “chics”, quienes la emplean para socializar, jugar al voleibol, flirtear, hacer ejercicio, bailar y dejarse ver. Esta considerada como una de las mejores playas de Río de Janeiro y de Brasil

Es una de las mejores playas de Brasil y del mundo, también es conocida por ser destino delturismo gay. En los alrededores de la playa pueden encontrarse cafés de moda, restaurantes de primera clase, chiringuitos varios y, en general, todo lo que un turista con la billetera acolchada pueda requerir.

Tras pasar un día en la playa , los visitantes quemados por el sol se marchan con una ligera idea de un estilo de vida gregario y tranquilo que emana del sensual y centenario amor de la ciudad por las playas, donde también podemos encontrar otras de postín, como la famosaplaya de Copacabana. Esta última quizá mas bulliciosa si cabe; demasiado.

Un consejo: aiempre que vayamos a una playa brasileña, especialmente a las mas transitadas, tenemos que tener la precaución de no llevar encima objetos de valor como cámaras reflex, móviles, etc. Hay demasiado amigo de lo ajeno. Por otra parte no sería recomendable que probéis las comidas que en algunos lugares van ofreciendo los vendedores ambulantes en las propias playas, los controles sanitarios suelen brillar por su ausencia.