La Plaza del Torico, punto de encuentro del modernismo de Teruel

Se dibuja siempre detrás de esa imagen pequeña que domina en lo alto. Espacio al aire libre, el modernismo más bello de Teruel, en la Plaza del Torico. La Plaza del Torico, punto de encuentro del modernismo de Teruel

Casco reducido, callejones estrechos y complicados, aleros de madera que arropan fachadas de piedra y ladrillo. Plazas pequeñas, íntimas y silenciosas que provocan sensaciones olvidadas. Y algunos rincones que nos sorprenden al querer llamar nuestra atención con bellezas nuevas y renovadas. Esencias de colores y formas a las que no habíamos prestado atención hasta ahora. Sí, no nos hemos despistado, nos encontramos en Teruel.Simplemente al mencionarla ya viene a la mente la historia de los Amantes y los bellísimos edificios mudéjares revestidos de piedra y azulejos vidriados porque hasta finales del siglo XIX fueron los grandes maestros de oficios quienes quisieron mostrar así su arte y buen saber.

Sin embargo, una nueva burguesía que empujaba fuerte, tanto económicamente como socialmente, nos dejó sus gustos artísticos encerrados en un estilo arquitectónico que vistió esta ciudad de un bellísimo ambiente modernista gracias a un gran arquitecto catalán enamorado de esta villa, Pablo Monguió.Porque en Teruel no es todo mudéjar. Y entre piedra, madera y azulejos vidriados es muy posible que nos sorprendan unos edificios de color pastel que rompen con ese ambiente medieval que hacen que fijes la mirada inconscientemente y te brillen los ojos por esa delicada belleza desde el nivel del suelo hacia el cielo. Casas modernistas que fueron el hogar de burgueses del siglo XX y que rompieron de una forma imperceptible la armonía de esta austeridad de antaño.

Hemos llegado a la Plaza del Torico. Nos imaginamos al verla que su nombre se lo dio esta pequeña fuente con varios caños que está en una glorieta. Una extraña fuente porque desde ella surge una alta columna que culmina con una pequeña figura subida en un pedestal, un toro.

Es el emblema de la ciudad en la que una leyenda nos recuerda que el rey Alfonso II quiso levantar Teruel allí donde descansara un toro con los cuernos prendidos en fuego. Esto ocurrió en una batalla contra los musulmanes en la que habían utilizado toros con cuernos en llamas para provocar la rendición de los cristianos. Pero aquella noche, uno de ellos se detuvo bajo una estrella llamada Actuel. El rey Alfonso II lo interpretó como una señal y fue este el lugar donde comenzaría a crecer la ciudad de Teruel.

Y fue el Torico el punto de partida para que el modernismo comenzara a mostrar todo su esplendor. La Plaza del Torico es una de las más bonitas que tiene Teruel. Con forma triangular y unos pintorescos soportales de columnas de una pieza que cobijan comercios de antaño.Una plaza abierta a dos calles que nos obligan a forzar el paso porque se van elevando en pendiente poco a poco. Un espacio ensoñador que se fusiona con otras tres calles que van descendiendo levemente para transportarnos hacia otros mundos vidriados y llenos de colores.

Espacio al aire libre. La Plaza del Torico tiene una belleza especial. Es esa fuente de agua fresca, el repiqueteo constante sobre su piedra, los soportales alargados que nos acogen al pasear por debajo de ellos y esa armonía de colores que se difumina sin romper su esencia. Edificios pequeños, no muy altos. Azules ensoñadores, sensuales, modernistas.

Y llegó Pablo Monguió y dio un aire diferente a Teruel.Y en esta plaza tan singular en forma de triángulo podemos contemplar sus dos casas modernistas, la Casa del Torico y La Madrileña. Fachadas repletas de fantasía, con colores suaves, formas curvadas llenas de belleza sosegadaY esa fuente… ¿Qué embrujo tendrá esa fuente? Y es que si la intentas fotografiar desde cierta distancia, detrás de ella aparece la silueta de la casa modernista que más me gusta de Teruel. Es la Casa del Torico, un edificio azul y blanco, diferente, armonioso, sensual, emotivo. Decorado con rejería forjada con formas delicadas que se pierden entre sus columnas. Una casa esquinera con dos fachadas. Si la recorremos desde el suelo hacia lo alto veremos que cada planta es diferente y que, arriba, y en su esquina, nos va a sorprender un torreón cilíndrico rematado con un coqueto balconcillo de hierro forjado.

Seguimos avanzando por la plaza hacia donde se estrecha para convertirse en una calle. Y en el mismo lado que se encuentra la Casa del Torico vamos a poder ver La Madrileña. Pero tenemos que ir muy atentos porque es un edificio pequeño y con gran sencillez en sus líneas. Tanto que se fusionan con sus dos casas vecinas y nos puede pasar desapercibida. Una única fachada con un balcón en cada altura. Decorada con azules y blancos y destacando sobre ellos el hierro forjado y el gran alero de madera con aire mudéjar que la protege desde su tejado.

Caminando de nuevo hacia la fuente y al otro extremo de la Plaza del Torico, en un callejón estrecho, en la calle Nueva vamos a poder contemplar otra de las obras de Monguió, la Casa Ferrán. Para muchos este edificio es el más hermoso y representativo del modernismo de Teruel. Una casa esquinera cuya balconada desafía la gravedad y domina este rincón tan estrecho.

Nos dejamos llevar hacia las afueras del casco histórico donde vamos a encontrar otra de las grandes creaciones modernistas de Monguió, la Casa de los Retales. Un edificio esquinero con tres fachadas. Balcones de forja en azul y blanco con formas curvas y vegetales donde las mariposas y las águilas le imprimen movilidad y naturalidad.

Salimos en dirección hacia el Arrabal y en la Ronda de Dámaso González también vamos a encontrarnos un edificio modernista aunque tenga algunos detalles clásicos. Muros recios de piedra que albergan el Archivo Histórico Provincial de Teruel.

Otras representaciones arquitectónicas diferentes las podemos encontrar en el edificio de Correos y en el Banco de España.

Edificios reconstruidos porque la Guerra Civil fue la causante de la desaparición de muchos monumentos de Teruel. Lo que provocó que, al volverlos a construir se mezclaran tendencias arquitectónicas.Y porque Teruel nos ofrece una belleza diferente con otras miradas me gustaría que la vieras desde otros puntos de encuentro.

Otro bonito recorrido diferente: En ruta por Teruel
Cae la tarde...¿Qué te parece si volvemos al sitio de quedada de Teruel?

A la Plaza del Torico vamos a regresar cuando la luz natural comience a escasear. Merece la pena disfrutarla de noche. Sorprendente y misteriosa, muy especial. Porque desde el mismo suelo surgen decenas de haces de luz que iluminan el ambiente únicamente lo necesario para mantener ese espacio intimista por su luz tamizada. Para sentarnos en la fuente y escuchar esos silencios privilegiados que nos ofrece esta plaza…La más hermosa de Teruel.

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