Dicen desde el Gobierno que hay brotes verdes, se basan en datos y argumentos que en nuestra opinión son poco creíbles, quizá se debería tomar como referencia los datos de pobreza infantil para saber si realmente la situación está cambiando. Claro, que a la vista de lo declarado por la presidenta de Unicef-España, si tomáramos este indicador como referencia, se podría decir que estamos peor de lo que creíamos. Según Consuelo Crespo, casi un 27% de los niños españoles se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión, esta es una de las razones por las que la presidenta de Unicef pide que la agenda se centre más en las personas y menos en la macroeconomía.
La pobreza infantil en España es elevada aunque la cifra arrojada es menor a la facilitada en el informe de la Oficina Estadística de la Unión Europea (UE) EUROSTAT que destacábamos en el post La pobreza infantil en España alcanza un nivel insostenible. En este informe se explicaba que la pobreza infantil alcanzó en 2011 un 30’6%, dado que la situación ha ido empeorando, posiblemente un nuevo informe de EUROSTAT arrojaría cifras más elevadas. Lo mismo ocurre con Unicef, en un informe presentado en los primeros meses del año 2013 destacaba que la pobreza infantil en España era muy elevada, pero inferior a la cifra que ahora proporciona, hay nada menos que un 27% de niños en riesgo.
La crisis económica, los recortes en prestaciones sociales, la subida de impuestos, la destrucción de puestos de trabajo… son una serie de factores que terminan afectando a los más vulnerables, los niños, por ello sería interesante tener como indicador de referencia del bienestar de un país la tasa de pobreza infantil. La presidenta de Unicef ha explicado que la pobreza infantil es relativa a la situación de nuestro país, es decir, es un problema grave pero evidentemente no se puede comparar con la situación que sufren otros países donde la pobreza es realmente extrema. En nuestra opinión, no se deben realizar comparativas, si miras hacia adelante, siempre hay quien está mejor, y si miras hacia atrás, siempre hay quien está peor. Cada país tiene sus conflictos y problemas, no hay que hacer comparativas con otros países, pero sí con la evolución que ha sufrido el propio país.
El Gobierno central no se ha preocupado de los ciudadanos, sino de cumplir con los números para satisfacer a Europa y especialmente a la canciller alemana, se ha preocupado por los bancos y las grandes empresas, les ha ayudado económicamente y ha cargado el peso económico de estas ayudas sobre los ciudadanos, por supuesto, quienes más lo sufren son los niños. La presidenta de Unicef ha explicado que desde el momento en el que se presentó el informe sobre la pobreza infantil, los datos se han quedado obsoletos. Se puede decir que de poco ha servido el Plan de Infancia y Adolescencia 2013-2016, recordemos que este plan se consideraba insuficiente y no contemplaba medidas prioritarias. Por otro lado hay que recordar que hay quien se atrevía a asegurar que la pobreza infantil se estaba reduciendo en España, citaba algunos estudios en los que se destacaba una tendencia a la baja y una cierta estabilización.
Tras conocer los datos que arroja Unicef y la Oficina Estadística de la Unión Europea, sabemos que no se puede hablar de reducción y estabilización de la pobreza infantil, todo lo contrario. El Gobierno, en teoría, representa los intereses de los ciudadanos y ahora mismo parece que los únicos intereses que representa son los de las grandes entidades financieras. La economía no está al servicio de las personas, sigue su propio camino sin importar las consecuencias para la población.
De lo negativo hay que sacar lo positivo, según leemos aquí, la presidenta de Unicef considera que la situación ha provocado una reacción positiva, ha aflorado en la población la solidaridad y la empatía. Por otro lado, la crisis ha quitado la cortina que tapaba la realidad de la tasa de pobreza infantil, indicando que es también un problema de otros países ricos. En fin, veremos qué ocurre en este nuevo año, esperaremos a conocer nuevos informes para saber si la situación mejora, se estabiliza o empeora.
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La pobreza infantil en España ronda el 27%