Es de sobra conocido por todos que en el 711 d.C. contingentes musulmanes entraron en la Península acabando con el debilitado reino visigodo de Toledo e inaugurando una etapa nueva de la historia en este territorio. Se encuentra en esta determinante invasión el origen de al-Andalus y del particular desarrollo histórico que experimentará la Península en la Edad Media como tierra fronteriza.
Pese a la importancia de la llegada del Islam a territorio hispano las fuentes con las que contamos son tardías y, en numerosas ocasiones, poco fiables. Son evidente una serie de hechos como la llegada de contingentes, tanto bereberes como árabes, así como la rapidez de la conquista a causa de la debilidad del estado visigodo. No obstante, algunos personajes particulares y ciertos acontecimientos, es el caso de la violación de la hija del conde Julián, que habría llamado a los musulmanes para vengarse de esta afrenta; parecen entrar más dentro del campo de la leyenda.
La necesidad de determinar hasta que punto hay de cierto y de legendario en las fuentes ha llevado a intensas polémicas entre los especialistas. De todas ellas quizá la más llamativa sea la creada por Ignacio de Olagüe. Este autor, con una teoría cuanto menos arriesgada y prácticamente sin base científica sólida, gozó de una enorme fama y numerosos seguidores tras la publicación de su obra en Francia en el años 1969. El título ya nos da una idea de su tesis: Los árabes nunca invadieron España.
Según este escritor no habría habido una verdadera invasión de la Península. Una serie de factores habrían contribuido al desarrollo de una serie de doctrinas en España de origen monofisita y arriano semejantes al Islam. Todo ello habría llevado a adoptar, finalmente, ya en el siglo IX (dos siglos después de la conquista que, según él nunca existió) esta última religión A todo ello, además, se habría unido, según él, un periodo de desertización provocado por un cambio climático en esta época que habría favorecido lo que denomina como “revolución islámica” (el título de la obra en España fue el de La Revolución Islámica en Occidente).
Su idea tiene unas bases claras. Se sostiene sobre la idea de que la península arábiga no habría podido mantener contingentes en una campaña tan alejada de su territorio. Así mismo, esta idea le permite defender la “originalidad” y la falta de contribución racial de estos grupos a España preservando así sus ideas nacionalistas y continuistas. Para acabar de rematar su teoría defendió Olagüe que los relatos de la conquista habían sido inventados y que personajes evidentemente históricos, como es el caso de Musa ibn Nusair eran, en realidad ficticios.
La obra no encontró seguidores solo en España sino que gozó de gran popularidad en Francia, donde se publicó, y otros países. Aún hoy existen autores que siguen esta línea defendiendo la inexistencia de contingentes árabes y negando todo valor a las fuentes islámicas. Solo cabe preguntarse que si, tal y como defienden estos autores no hubo invasión ¿de donde salieron los árabes a los que se enfrentó Carlos Martel en Poitiers?.
El paso del tiempo, no obstante, ha llevado a que la mayor parte de investigadores serios sobre esta disciplinas consideren la obra de Ignacio de Olagüe hoy día como poco más que una curiosidad historiográfica pese a la insistencia de estos autores, a los que aludíamos anteriormente, para resucitar sus tesis.Mucho más en... http://selvadelolvido.blogspot.com/