La crisis financiera señala ante todo los límites del anterior régimen de acumulación basado en una restricción salarial compensada por el abultado endeudamiento privado. Paradójicamente, la opción preferida para salir de la crisis es la de imponer una aún mayor restricción salarial, lo que lastra el necesario desapalancamiento privado. Se trata de una incongruencia. Pero, en realidad la crisis está siendo utilizada como coartada para impulsar las llamadas reformas estructurales que encarnan un retroceso social sin precedentes. El crecimiento de las desigualdades, que se intensifica en Europa, no es fruto de la casualidad.
Deriva de una concepción particular de la “virtud económica” que coloca en el corazón de las políticas públicas a la competencia fiscal y social. Incluso Bergsten, autor tradicionalmente vinculado al poder y poco sospechoso de ser euro crítico, ha reconocido que las políticas de austeridad extrema no solo persiguen poner fin al déficit. Puede ser incluso que ello no sea ni siquiera su objetivo principal. La crisis crea las condiciones para socializar el miedo: << de hecho, ni Alemania ni el BCE tienen intención de poner fin a la crisis con rapidez. Su objetivo es, más bien, servirse de la crisis para realizar las reformas económicas adicionales necesarias para crear una economía europea fuerte a largo plazo. Esto ayuda a explicar la razón por la cual las autoridades de la zona euro no han creado un cortafuegos financiero tan importante como el que reclamaban los mercados >>.
Extrapolando el pensamiento de Hannah Arendt, el rumbo tomado por la politica economica europea supone una banalizacion y legitimacion del mal. .Se pueden realmente medir los danos sociales provocados por estas politicas liberales que atienden ante todo a los intereses de los acreedores nacionales e internacionales? Asimismo, la construccion europea restringe el campo de eleccion nacional, sin que emerja un poder politico democratico de tipo supranacional. Las nuevas reglas de la “buena gobernanza” europea conllevan una reduccion del papel del Estado como regulador de la economia y el asentamiento de instituciones a-democráticas. Y, por si fuera poco, el diseño equivocado de las politicas de ajuste banaliza el mal de la recesion economica.