La politiquería en Los Toros

Gustavo Petro, alcalde de Bogotá

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Yendo al grano con lo que se sucede en la Fiesta de los Toros, cabe preguntarse por qué Don Gustavo Petro, alcalde de Bogotá, se viene lanza en ristre contra las corridas. Ayer escuchamos por parte de un ganadero muy prestigioso del Valle del Cauca, que dicho alcalde asistió a La Santamaría el año pasado y no dijo nada parecido a lo que dice hoy. Indicaría esto entonces que a raíz de su andar en la política y su visión futura a un posible enfrentamiento con Vargas Lleras por la primera magistratura del estado, le conlleva a retar al ministro del Interior en cuestión tan irritante e impactante para todos nosotros. ¿Qué podrá pasar en una posible negociación entre estas dos fuerzas? No lo sabemos aún, pero confesamos nuestro temor, nuestra reserva; mejor nuestro pánico.

Y vuelven, como en Cataluña, a ser botín político - allá con sus diferencias propias de una región de España tan diferente al resto de las otras de la península-  los Toros, el blanco perfecto para arrancar toda clase de epítetos populistas y demagógicos, como si la "muerte" no estuviera presente en cada paso de la vida. Recordaríamos a estos incitadores de la hipocresía, que hay tanto maltrato animal en cada alimento de origen proteico, que si verdaderamente quisiéramos borrar del mapa tanta "crueldad", tendríamos que volvernos vegetarianos puros. Y también les recordamos, como dice el doctor Francis Wolff, que fue el Fuhrer Adolfo, quien hablo y gritó del maltrato animal, masacrando posteriormente a ¡siete millones de judíos!

Tenemos todo el derecho a que se  respete nuestro gusto por los Toros, es inadmisible que puedan prohibir este espectáculo cargado de tradición, cultura y pasión, que ha servido de inspiración a genios mundiales de la literatura, la música, la pintura, la escultura, el turismo, la gastronomía y tantas y tantas actividades que nos es imposible resaltar hoy aquí. Es una libertad que no vamos a negociar, que no vamos a transar y menos a transgredir. El toro bravo nació y se concibió para dar pelea, para matar o morir en la plaza, se le ha criado por parte de los ganaderos de la mejor forma, con los máximos cuidados y por eso esta especie existe y se mejora día a día, convirtiéndose en el animal MAS FIERO de la naturaleza, prueba de ello es que es el único que se crece ante el castigo con un trozo de acero en los lomos. No es poca cosa  la que hace un torero al enfrentarse a este ejemplar; es el ritual de la vida con la muerte, en perfecta exposición. Cualquier otro animal, sintiéndose exigido de tal forma, huiría despavorido, llámese león, tigre o pantera. Así, después ataquen a traición los citados; el TORO BRAVO va de frente y sin ambages. Que los taurinos somos menos en cantidad, posiblemente, también son los que van a la Opera o a La Zarzuela, y no por eso hay que proscribirlas.

Señor Petro, los toros en la Sabana de Bogotá, como dijo el señor gobernador de Cundinamarca, quién habló desde su barrera en la plaza de toros el domingo pasado, en nombre de CIENTO y pico de municipios de ese departamento, han contribuido al turismo, a la sana recreación y  generación de empleo, lo mismo que en Bogotá. NO juguemos con el oficio productivo de tantas y tantas personas; crear bienestar no esta a la vuelta de la esquina, eso no es serio ni prudente. Si desean acondicionar la Plaza de Toros de Santamaría a un coliseo multiusos, sin dejar su objetivo inicial para lo cual fue creado, pues bienvenido. Ya, hasta en Las Ventas, se han dado conciertos y partidos de tenis. Pero no se burle de nosotros, gente que jamás hemos usado la violencia en una plaza. La Tauromaquia es un espectáculo que nunca genera un brote violento o un desafuero, cosa que sí se ve muy frecuentemente en los deportes creados por los sajones, que tanto atacan la Fiesta brava.

Estaremos presentes y prestos a nuestra defensa, tenemos argumentación con sobrados méritos y, como personas de pensamiento abierto, esperamos que nunca se nos vaya a agredir de manera soterrada, sin un debate claro y de peso, con la mayor altura.

Cordial abrazo taurino para todos,

Tato Cruz