Pocos esperaban que Argentina se presentara ante Colombia, el rival más duro del grupo A, con apenas un punto. El empate 1-1 ante Bolivia, con una imagen tambaleante en la presentación de la Copa América, no entraba en los planes de nadie. Ahora, el equipo de Batista se encontrará con el combinado cafetero, líder de la zona, con la necesidad de conseguir los tres puntos y transformar inmediatamente el pobre reflejo que enseñó en el estreno.
Batista ya confirmó que solamente habrá un cambio en el once inicial, con el ingreso de Zabaleta por Rojo y la reubicación de Zanetti al lateral izquierdo. La defensa fue uno de los puntos más livianos, suficiente para que Bolivia, sin demasiada artillería, expusiera algunas grietas casi sin proponérselo. Burdisso y Milito no estuvieron completamente firmes, poco ayudados por Zanetti y Rojo, quienes tampoco fueron parte del circuito ofensivo con utilidad.
Pero la principal carencia de la Selección, aspecto a corregir de manera urgente, es la utilización de la pelota con profundidad. Tener la pelota por tenerla no sirve, tampoco con un traslado deficiente. No habrá variantes en el mediocampo, seguirán Banega, Mascherano y Cambiasso. Muchos esperaban el ingreso de Pastore para que Messi tuviera un conector más directo y no tener que retrasarse para buscar el balón, como sucedió ante Bolivia. Que Messi no arranque casi como un volante central, porque la pelota no llega, es prioridad.
Agüero, pese a su gol salvador y su inyección de desequilibrio adelante, seguirá esperando en el banco. Lavezzi, el principal candidato a salir, tendrá una chance más de retribuir la confianza de Batista. Tévez, otro que quedó en deuda, mantendrá su lugar. No se vieron sociedades en el tridente ofensivo y, con semejante arsenal arriba, es preocupante.
Colombia se presentó como un equipo que busca protagonismo y posesión de la pelota, aunque su rival, el Sub-23 de Costa Rica, merece un asterisco. Al igual que la Argentina, Colombia tuvo en exceso la pelota, pero generó pocos chispazos. Si los ticos de La Volpe, con pocas respuestas en ataque, más allá de los arranques de Campbell, ofrecieron resistencia desde el orden y equilibrio, pero poco más. Los movimientos de Falcao adelante fueron el principal filo de Colombia. El goleador del Porto genera y arrastra marcas con cada intervención que realiza. Su capacidad para el juego aéreo puede complicar, algo que ya se sufrió con Martins ante Bolivia. Sin dudas, el principal hombre a custodiar.
Bolillo Gómez sólo haría ingresar a Carlos Sánchez por Bolívar: Neko Martínez; Zúñiga, Perea, Yepes, Armero; Sánchez, Guarín, Aguilar, Ramos, Moreno; y Falcao.
Ni Argentina ni Colombia tuvieron un estreno para deleitar, pese a que presentaron una misma intención de juego. Ambos fallaron en darle peligrosidad a tanta tenencia y engranar con fluidez. El equipo colombiano sabe que cuenta con la ventaja de haber ganado el primer partido, por lo que el punto le sienta cómodo, más cuando le queda jugar contra Bolivia. De esa manera, podrá jugar con la desesperación de la Argentina, necesitada del resultado y de exhibirse ante el público.