En lo que se refiere a la venta, debemos cuidar todos los detalles ya que cualquier cosa puede influir en el comportamiento de compra. Los colores son un elemento más a tener en cuenta, ya que numerosos estudios señalan que cada uno puede transmitir muy distintas sensaciones.
Pero la pregunta es, ¿puede la elección de un color por sí misma ser un elemento determinante para los resultados de una empresa?
Primero vamos a recordar qué es capaz de transmitir cada color para luego pasar a responder esa pregunta:
Pues bien, mi respuesta es la siguiente:
Frecuentemente se produce una alteración en el orden en el cual deberíamos plantearnos la situación, me explico:
Lo primero es decidir y crear la estrategia que vamos a seguir, o lo que es lo mismo, cuál va a ser la personalidad de la empresa, para luego alinearla con el color más adecuado que hará potenciar ese posicionamiento, y no al revés.
Por ejemplo, una empresa que quiere proyectarse como puntera en seguridad, confianza etc., lo que tiene que hacer es ponerse a trabajar en esa dirección en todos sus niveles, eligiendo el color azul como guinda/refuerzo a su posicionamiento.
Lo que no puede hacer es elegir de primeras el color azul y esperar conseguir solo con ello esa imagen que buscan, sin trabajar hacia ese camino, ya que los colores por sí mismos no hacen milagros.
Muy en auge están últimamente los colores y su asociación con los partidos políticos , que si rojo, azul, naranja, la ya mítica “coleta morada”…¿creéis que realmente transmiten lo que su color bandera expresa?
LOS NOMBRES SOFISTICADOS GUSTAN MÁS
Por último, un truco avalado por diversos estudios: la denominación del color importa. Precisa al máximo. Si vas a lanzar una nueva línea con un nombre referenciado al color marrón, mejor que la línea sea “Moka”, o si va a ser rosa, mejor que sea “Magenta”.