Sólo Estados Unidos y Nueva Zelanda permiten que se haga publicidad de medicamentos que necesitan receta para dispensarse. Una parte de la industria farmacéutica lleva años presionando, haciendo lobby, en las instituciones, sobre todo en la Unión Europea, para acabar con las leyes que prohíben dicha publicidad. El motivo es claro, la publicidad consigue que se sobrediagnostiquen muchas enfermedades y se sobremedique a la población, lo que desde el punto de vista de la salud es nefasto.Ahora se publica otro trabajo que demuestra los perjuicios de la publicidad directa al consumidor (PDC) en el caso del colesterol y de las estatinas, los medicamentos más recetados para ello. Mientras que las publicidades cuentan los riesgos para la salud del colesterol alto y animan a los televidentes a que consulten con un médico, que se realicen análisis y sigan un tratamiento “adecuado”, el trabajo encontró que las consultas de los pacientes frecuentemente terminan con la prescripción de esos medicamentos. Se produce un exceso de diagnósticos de colesterol alto y se lleva a cabo un tratamiento excesivo con dichos medicamentos, en las poblaciones de menor riesgo. Hay que tener en cuenta que el colesterol alto casi es percibido por la población como una enfermedad sin serlo; es un factor de riesgo (y controvertido) no una enfermedad. Los datos se publican en el estudio Direct-to-consumer television advertising exposure, diagnosis with high cholesterol, and statin use ofrecido por el Journal of General Internal Medicine. Mientras que las estatinas se recomiendan para la prevención secundaria de la cardiopatía coronaria, no hay consenso médico sobre la conveniencia o no de la adición de una estatina, a los esfuerzos de cambio de estilo de vida, para la prevención primaria de la cardiopatía coronaria (cuando no hay síntomas). Investigaciones previas sugieren que la exposición a la PDC, aumenta la demanda de medicamentos entre las personas en relativamente bajo riesgo. Conclusiones del trabajo:
“Este estudio proporciona nuevas pruebas de que la PDC puede promover un exceso de diagnóstico de colesterol alto y sobretratamiento de poblaciones en que los riesgos del uso de estatinas pueden superar los beneficios potenciales”.