Después de estos meses de verano, me pongo a escribir este post, como desahogo. Como buena bloguera que "debía" ser, tenía que haber escrito el post, sobre las maravillas de mis vacaciones, pero ni soy una super bloguera, y tampoco considero que mis "vacaciones" hayan sido idílicas. Ya os contaré por qué. Tampoco me puedo quejar, no quiero ser desagradecida ni nada de eso.
Esta vez vengo con mi última preocupación que lleva sobre mi cabeza durante ya bastante tiempo y es la maldita caja tonta.
Yo desde siempre he visto mucho televisión en mi casa, cuando era pequeña, quizás para no enfrentarme con ciertas cuestiones o porque en mi casa no dieron importancia al tema de la tele. Ahora en la actualidad, me gusta ver la tele, pero ya paso de programas sino más películas y series y eso cuando Lola ya se va a dormir, aunque ultimamente a veces me voy a la cama a leer algún libro.
El tema es que Lola le encanta la tele, la verdad es que no sé en qué momento fue en el que empezó toda esta historia. Por supuesto, hemos sido nosotros, sus padres, los culpables de llegar a esta situación, porque supongo que empezamos poniéndole algunos dibujos y ahora me pide ella que le ponga la tele. Y creo que si por ella fuera estaría delante de la tele, el tiempo que fuera. Así que evito como sea el tema de la tele, pero me siento super culpable y sobretodo me exijo que esto cambie y para ello procuro hacer miles de cosas con ella durante la tarde.
Y es que Lola sigue siendo una niña bastante dependiente, no juega sola a pesar de tener tres años y medio. Veo algunos niños que sí juegan solos y me muero de la envidia. No es porque no quiera estar con Lola, sino que ese sentimiendo de culpabilidad sobre su "dependencia" televisa me mata, pero a veces le he puesto la tele, mientras hago la cena o tengo que atender alguna llamada de teléfono de trabajo y ojalá que en esos momentos pudiera ella estar solita con sus juegos e historias.
Por supuesto, selecciono los dibujos que la pongo, porque ya sería el colmo que con su edad viera lo que fuera. Pero me da igual, a pesar de lo educativo de algunos dibujos (o eso dicen) si me parece que coarta la creatividad y sobretodo te desconecta del mundo real. Algunas veces vamos a la biblioteca y cogemos películas de dibujos, que aunque son largas pienso que tienen alguna moraleja que se entiende. Pero aún así, reconozco que ponerle la tele no me hace sentir bien.
Llega un momento también que las actividades que se me ocurren para hacer con ella por la tarde se me agotan y además es que desde que empezó el colegio no quiere saber nada de parque, creo que está cansada o que necesita estar conmigo.
Así que cada vez que terminamos de comer y me dice: MAMA PÓNME LA TELE, y además me dice, SÓLO UN CAPÍTULO, cuando sé que no tiene fin, me revuelvo en mi rol de madre y me pongo como loca a pensar cosas que hacer, a pesar de estar cansada o con cosas que hacer. La tele además suele ser causa de rabieta, porque ella quiere tele, a pesar de haber definido que son 20 minutos o cuando el capítulo, se vuelve como loca. Lo de las rabietas, ya no me preocupa, porque paso olimpicamente de ella y no consigue llevarme a su terreno, la explico de nuevo en qué habíamos quedado y luego espero a que se le pase el berrinche, pero madre mía, la tele es el origen de muchos conflictos.
Alguna vez he amenazado con tirar la tele, porque a todos nos vendría bien que desapareciera.
Así que esta es la historia que me preocupa en estos momentos. Que la tele gobierne nuestras vidas es algo que me aterra. Y como ya he dicho antes, yo era una fan de la tele pusieran lo que pusieran.
Seguiré buscando actividades y juegos, para evitarla cómo sea.
¿Cuál es vuestra experiencia?