Revista Cultura y Ocio
Cuando la puta, la gran puta, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la loca, la mala fornica con el Gran Cabrón, el de cuernos retorcidos, el que apesta a azufre, el de pezuñas hendidas, el de hediondas posaderas, el de pérfida lengua alumbra cristofascistas de mitras tan negras como sus lenguas, de babas flojas, de pichas gotosas, de nalgas blancas como sus bocas blandas, ocultadores de pedófilos, genuflexos chupaleches, aprendices de bujarrones de sacristía con los sesos cocidos en caldo seminal.
En Viernes Santo, con Dios muerto y sin nadie que lo alumbre, un necio dice necedades después (o antes, que le da igual) de beberse el vino del oficio.