(Foto: Isaac Baldizon/NBAE via Getty Images)
En todos los deportes, cuando a un equipo grande no le terminan de salir las cosas como estaba previsto, se produce un revuelo que muchas veces no tiene sentido mirando la pura estadística o la clasificación, pero que sin duda da mucho que hablar entre la prensa especializada y los aficionados. Las grandes exigencias conllevan también una gran presión, y el riesgo de que todo se magnifique, para bien o para mal.
Los Lakers llevaban dos años sin perder tres partidos consecutivos. Es más, desde la llegada de Pau Gasol en febrero de 2008, el equipo angelino nunca había encadenado tres partidos saldados con derrota. Pero ahora se encuentran en esa circunstancia, ya que su minigira por el Este (Miami, Charlotte y Orlando) no ha podido ir peor para los actuales campeones.
De estas tres derrotas se pueden extraer muchas conclusiones. La más evidente es que los Lakers no están mostrando una mejoría palpable respecto a la temporada pasada, mientras que algunos de sus rivales directos (pienso en Cleveland y Dallas especialmente) sí que parecen estar un escalón por encima de su versión de 2009. Muchos hablan que lo importante llega a partir del mes de abril, pero también es cierto que la temporada regular de los Lakers el curso pasado fue mucho mejor que la de este año. A estas alturas, los angelinos llevan más derrotas (18) que toda la temporada 2008-09, cuando aún les restan 18 partidos por jugar.
Ya habrá momento para analizar la regular season de los Lakers, y más bien querría detenerme en concreto en las tres últimas derrotas, al hilo de lo que ha declarado Pau -según recoge Tim Povtak para Sports Illustrated- al respecto de su papel en el equipo. El pívot de Sant Boi dice: "Kobe es un gran jugador, el mejor jugador ofensivo que hay...pero a la vez tenemos que encontrar un equilibrio con nuestro juego interior, desarrollar más la jugada, mover el balón y cambiar de lado". Así pues, Gasol lanza una pequeña puya a Phil Jackson, sugiriendo que el equipo debería jugar más en conjunto y no tanto para su gran estrella.
El propio Pau tampoco se siente contento con su papel en estos encuentros: "Siempre he sido un buen jugador al poste, buscando situaciones para mí, pero también encontrando cortes y sacando el balón fuera. Es una buena manera de atacar". "Siempre he sido un gran defensor de trabajarse el partido jugando de dentro a fuera, y así es más fácil. Los Magic lo hacen con Dwight, y no es un jugador con los mejores movimientos en el poste, pero te da equilibrio. Creo que necesitamos eso". El catalán lo deja claro. Cree que no le llegan los suficientes balones, y la estadística lo corrobora. En los últimos tres partidos, Pau ha lanzado 38 tiros, menos de la mitad de los que se tirado Kobe (79). En la última derrota en Orlando, Kobe lanzó 16 tiros en el último cuarto, mientras que Gasol sólo tuvo 4 oportunidades, y 3 de ellas tras rebote ofensivo.
Nadie discute el papel de Kobe Bryant como líder de este equipo. Es probablememente el mejor jugador del mundo y, como él mismo dice, si tiene el último tiro del partido lo meterá nueve veces de cada diez. Sin embargo, en Orlando fue esa vez en la que le tocaba fallar, y la derrota aleja a los Lakers de los Cavs en la lucha por el mejor record de la temporada regular. Contamos con que Kobe debe ser la primera opción en ataque, pero Phil Jackson no debe olvidar que tiene en Pau Gasol a uno de los jugadores más fiables, por mucho que esté mostrando síntomas de cansancio por los minutos acumulados.
Aunque es indudable que el principal problema de los Lakers no es que Kobe absorba demasiado juego, o que Pau no reciba situaciones en ataque, porque al fin y al cabo esto puede ser una cosa puntual. Lo preocupante es que más allá de estos dos jugadores, el panorama es desolador. De Ron Artest se esperaba que fuera una tercera vía en ataque de confianza, pero de momento lleva la peor temporada de su carrera en anotación y no ha conseguido mejorar a Trevor Ariza. Por su parte, Andrew Bynum sólo tiene un partido bueno al mes, y parece que no quiere mostrar todo su potencial. Derek Fisher ha perdido rapidez y ya no es el tirador fiable de antaño, y del banquillo mejor ni hablar...
Tres derrotas seguidas son demasiadas en Los Angeles, y las críticas al juego del equipo no han tardado en llegar. Y llegan incluso desde dentro del propio vestuario, y de parte de una voz tan autorizada como la de Pau Gasol. Parece que ahora se han dado cuenta de que tendrán que sudar tinta china para revalidar su título de campeones.